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PARÍS.- Miles de “chalecos amarillos” se congregaron en diferentes puntos de Francia, especialmente en París y Bourges, para el noveno sábado de protestas convocado por ese movimiento. Se registraron nuevamente enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes. Las fuerzas lanzaron gases lacrimógenos para dispersar las protestas.
Tras los disturbios de una semana, el Ministerio del Interior francés optó por volver a desplegar un enorme dispositivo policial, con 80.000 agentes movilizados en todos el país, 5.000 de ellos en París.
La avenida de los Campos Elíseos estuvo cortada por una valla de lado a lado.
En la zona de Bercy, frente al Ministerio de Economía y Finanzas, varios manifestantes se congregaron con normalidad y rodeados por el cordón de policías antidisturbios, que controlaban los bolsos y mochilas para acceder al lugar.
Las autoridades cortaron el tránsito un buen número de calles en torno a la plaza de la República y a la Estación del Norte, ante las concentraciones previstas en esa parte del este de la ciudad.
El ministro delegado del Interior, Laurent Nunez, prometió “tolerancia cero” contra los alborotadores en un mensaje de Twitter desde la comisaría de Ruán (norte), donde siguió la jornada.
“Si hay desbordamientos, aquí como en toda Francia, le daremos una respuesta extremadamente firme”, señaló.
La jornada, además, viene precedida por unas polémicas declaraciones del presidente francés, Emmanuel Macron, quien el viernes lamentó que “demasiados franceses” carecen del “sentido del esfuerzo”, lo que impide que el país recupere su fuerza y su cohesión.
