BERLÍN.– La cabeza de la musaraña bicolor, o “Sorex araneus”, se encoge hasta un 20% cada invierno y vuelve a crecer al inicio de la primavera. “Hemos descubierto que todas las musarañas experimentan una disminución dramática del tamaño de la caja craneal de verano a invierno”, señaló Javier Lázaro, del Instituto Max Planck de Ornitología, en Alemania. “Después, en primavera, la caja craneal vuelve a crecer, llegando casi al tamaño original durante el segundo verano”, agregó.
Para documentar este fenómeno, los autores del estudio utilizaron trampas para capturar a 12 de estos pequeños mamíferos entre junio de 2014 y octubre de 2015. Luego anestesiaron a los animales y les colocaron microchips para la posterior identificación y radiografía de las cabezas.
Al comienzo del invierno, el tamaño del cráneo de las musarañas se había reducido en un 15,3% de promedio, y volvió a aumentar una media de 9,3% en primavera. No está claro cómo funciona este proceso, pero los científicos creen que el tejido dentro de las articulaciones que conectan los huesos del cráneo podría degradarse y luego regenerarse.
Varios de los principales órganos de las musarañas, incluido el cerebro, también pierden masa durante el invierno. Esta contracción puede ayudar a los animales a sobrevivir en condiciones de falta de alimento.