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WASHINGTON.- En concreto, un equipo de científicos de la Universidad Sueca de Lund propone maneras que consideran altamente efectivas para reducir significativamente las emisiones de dióxido de carbono. Según su estudio, si cada familia tuviera un hijo menos, cada año habría una disminución de 58,6 toneladas de CO2. Aportan en este sentido un dato curioso: “Una familia estadounidense que optase por tener un hijo menos proporcionaría el mismo nivel de reducción de emisiones que 684 adolescentes que decidieran reciclar integralmente todos sus desechos durante el resto de sus vidas”.
Aunque la propuesta del control de la natalidad es la más impactante del informe, también hay otras tres que suponen un fuerte contraste con el estilo de vida actual de las sociedades modernas: consumir una dieta basada en vegetales, evitar viajes aéreos y vivir sin automóviles.
Según los cálculos de este equipo científico, no tener coche contribuye con un ahorro de emisiones de unas 2,4 toneladas de CO2 al año, mientras que evitar viajar en avión ahorra 1,6 toneladas de CO2 por cada vuelo que no se realice. En cuanto al consumo de carne, un cambio generalizado hacia el vegetarianismo reduciría 0,8 toneladas al año.
Los autores del estudio señalan que sus sugerencias, por impactantes o incómodas que puedan parecer, son mucho más beneficiosas para el planeta que las estrategias comúnmente promovidas, cuyo impacto global representa escasamente una cuarta parte del que tendrían las medidas recomendadas en el informe.
