WASHINGTON.- Bryan Johnson, empresario y fundador de la compañía neurotecnología Kernel, ha explicado por qué en un futuro próximo todos llevaremos estas placas en nuestras cabezas.
El objetivo de la compañía de Johnson pasa por desarrollar tecnologías de implante de microchips en los cráneos de personas con enfermedades o disfunciones neurológicas para reprogramar sus redes neuronales y restaurar de esa forma algunas capacidades perdidas. Sin embargo, las actividades de la empresa no se limitarán a esta práctica, pues en tan solo 9-10 años incluso las personas sanas podrán utilizar esta tecnología, según estima el fundador de la compañía.
El científico admite no estar convencido de que sea posible “abrir” el cerebro y hacernos superinteligentes, ya que asegura el cerebro es “increíblemente complicado”. No obstante, Johnson predice que en 5 ó 10 años podría tener lugar un “avance fundamental” sobre esta cuestión.