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ASUNCIÓN.- Otra vez el narco Jarvis Ximenes Pavão presume de sus contactos con el autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), lo que demuestra que este grupo que presume de ser guerrillero no es otra cosa que una caterva de delincuentes que trabajan para el narcotráfico.
Varias veces se ha dicho que el EPP no es otra cosa que el brazo armado del narcotráfico y el mismo Pavão ha llegado a decir, incluso, que puso dinero para la liberación de Arlan Fick.
Ahora, es nuevamente el narcotraficante, preso en la Agrupación Especializada, el que, a través de su abogada, Laura Casuso, presume de estar en contacto con el EPP y tener conocimiento de las negociaciones para la liberación de los secuestrados Edelio Morínigo, Abraham Fehr, Franz Wiebe y Félix Urbieta.
Según Casuso, “hay esperanza, es cuestión de que se cumplan con una serie de cosas; la primera, una prueba de vida de los secuestrados. Pasan más bien por cuestiones de estrategias y acciones que pasan por la gente que está administrando las investigaciones”.
Todo esto deja a las claras que los secuestros no tienen nada que ver con una cuestión ideológica sino simplemente son una cuestión de negocios; es decir, secuestran personas para exigir rescate por su liberación. De hecho, la víctima más antigua, el suboficial Morínigo, no fue secuestrado en base a ninguna planificación sino por una cuestión de azar, ya que se lo encontró en el bosque en donde había ido a cazar con sus compañeros integrantes de la Fuerza de Tarea Conjunta.
Aunque el EPP pretende mostrarse como combatiente y reivindicador de los campesinos paraguayos, lo cierto es que lo que hacen sus miembros no es más que obedecer las órdenes de los narcotraficantes, quienes, de ninguna manera, pueden identificarse como patriotas.
No hay ninguna explicación lógica para que un delincuente narcotraficante como Pavão pueda saber lo que ocurre con los secuestrados que están en poder del EPP, salvo que el contacto entre ambos grupos sea constante y fluido.
