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ASUNCIÓN.- Niños pequeños son las principales víctimas de ahogamientos domiciliaros, sobre todo en menores de 0 a 4 años, aunque las indicaciones de seguridad establecen que ningún menor de 12 años puede encontrarse en una pileta sin la vigilancia constante de un adulto.
Para que un niño se ahogue solo son necesarios 27 segundos y cinco centímetros de agua. Los infantes pueden ahogarse muy rápido así que aparte de las piscinas, las bañeras llenas, las tinas e incluso los baldes con agua o lavaderos pueden resultar peligrosos.
De manera a reducir el riesgo de inmersión del menor, es importante seguir algunas de las siguientes recomendaciones: Si se tiene una piscina en la casa, es primordial instalar un cerco o reja que tenga un mínimo 1.5 metros de altura alrededor de todos los lados de la alberca, así como una puerta de cierre, cuya cerradura esté fuera del alcance del niño.
Considerar instalar una alarma o cobertor, si se puede. Remover todos los juguetes del área del estanque una vez que hayan terminado de nadar para prevenir que intenten recuperarlos cuando no estén bajo supervisión.
Dispositivos inflables como los salvavidas, flotadores, botes, y tubos flotadores pueden proporcionar una falsa sensación de flotación y no son efectivos a la hora de proteger. Nunca se debe utilizar estos objetos como sustitutos de la vigilancia.
Cuando se utiliza piscinas plásticas, se recomienda vaciarlas completamente luego de que hayan sido utilizadas.
