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Luego de la primera represión policial a la aún escasa cantidad de gente apostada en las plazas del Congreso, el 23 a la noche, el segundo día la ciudadanía, tomando conciencia de lo que estaba ocurriendo, empezó a acudir en masa. Mientras tanto, jóvenes, la Pastoral católica, argañistas y campesinos acordaron unir fuerzas y así conformaron una organización multisectorial que permaneció en el lugar hasta la renuncia del presidente Raúl Cubas Grau.
ASUNCIÓN.- Luego de confirmarse el asesinato del vicepresidente de la República, Luis María Argaña, integrantes de su sector político, Reconciliación Colorada, empezaron a llegar a la plaza, en donde luego se les sumaron jóvenes de diferentes banderías políticas y representantes de la Iglesia Católica, que terminaron encontrándose con los campesinos que esa misma mañana del 23 habían llegado en su tradicional marcha, exigiendo la condonación de sus deudas.
Ya esa noche del 23 se produjo la primera represión policial, que no llegó a mayores, puesto que allí todavía no estaban los grupos antagónicos, seguidores del entonces general Lino César Oviedo, quienes finalmente serían los principales responsables de la tragedia de los días siguientes.
El 24 a la mañana se concretó la alianza entre los sectores que se encontraban en la plaza con los campesinos, en torno a un objetivo común, que Cubas Grau fuera echado de la Presidencia de la República. Ya en ese momento se identificaba claramente a Oviedo como el responsable del magnicidio de Argaña y del caos que se vivía en ese momento.
De esa organización sectorial formaron parte varias organizaciones como Jóvenes por la Democracia, El Paraguay que Queremos, Parlamento Joven, Reconciliación Colorada, la Pastoral Social de la Iglesia Católica, estudiantes de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción y representantes de algunos sindicatos.
A partir de allí, y con el grito del juicio político al presidente, la ciudadanía común fue sumándose a la manifestación, que permanecería en el sitio durante varios días, hasta lograr la renuncia de Cubas Grau y su exilio al Brasil.
Ese día, y de manera muy lenta, el Congreso inició el proceso de juicio político a Cubas Grau, el cual no pudo culminar porque antes de recibir la condena del Senado, el escudero de Oviedo prefirió renunciar. Pero ese 24 nada hacía pensar en la terrible tragedia que ocurriría apenas 2 días después.
