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Faltan poco más de 2 meses para las internas partidarias simultáneas, en donde todos los partidos y movimientos elegirán a sus candidatos a los cargos electivos que se disputarán en el 2018. Hasta ahora, la campaña es de la ANR, ya que la alianza GANAR, de la oposición, posiblemente no podrá arrancar hasta después de diciembre, cuando esté definido el candidato a la Presidencia de la República.
ASUNCIÓN.- La campaña para las internas del 17 de diciembre está vestida de rojo. Desde hace tiempo existe la percepción de que en las primarias coloradas se decidirá quién será el próximo presidente de la República, para el período 2018-23, más que nada porque, a diferencia de lo que ocurrió en el 2008, en la oposición no existe una figura aglutinante que pudiera conseguir la cantidad de votos necesarios para ganar las elecciones.
Y luego de que se concretara la alianza GANAR, la situación es aún más complicada, puesto que resulta obvio que ni Efraín Alegre, ni Carlos Mateo Balmelli, tienen el carisma que en su momento tuvo Fernando Lugo.
Pero la supremacía colorada en este proceso va más allá que en la definición de la chapa presidencial. En todos los cargos electivos en pugna los precandidatos de la ANR ocupan los espacios de manera contundente. Las listas del Senado, Diputados, gobernaciones y juntas departamentales inscriptas ante el Tribunal Electoral Partidario son las que están permanentemente promocionadas en los medios de comunicación, porque son las que llevan a cabo una intensa campaña.
Lo que ocurre es que la alianza PLRA-Frente Guasu no consigue arrancar. Y no es para menos ya que la figura estelar del acuerdo, el luguista Leo Rubín, quien acompañará al ganador de las internas liberales, no sabe si hacer campaña con Alegre (a quien todos dan como ganador) o, para no ser tan obvio, con Mateo Balmelli. Esta indefinición es lo que complica bastante la campaña de la oposición en general. Más que nada porque la cantidad de listas inscriptas para las cámaras del Congreso, gobernaciones y juntas departamentales en el PLRA y demás partidos de la oposición, no van detrás de una chapa presidencial, que generalmente es lo que hace que los colegiados consigan más votos que si corren de manera independiente.
Además, se está complicando mucho encontrar un discurso común entre sectores tan diferentes, como los liberales y la izquierda. Varios analistas consideran que recién después de las internas, y una vez definido el candidato a presidente, la alianza –que hasta ahora parece pegada con chicle- pueda encontrar los mecanismos para hacer una campaña conjunta.
