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ASUNCIÓN.- El proceso iniciado por la Fiscalía para investigar el asesinato de Rodrigo Quintana en el local del PLRA enfrenta muchas dificultades para avanzar, más que nada por las chicanas que pone el presidente del partido, Efraín Alegre, quien, encima, tiene la caradurez de exigir ahora resultados, denunciado a los agentes fiscales de estar instrumentados por el gobierno.
Desde que ocurriera la muerte de Quintana quedó en evidencia que la cúpula liberal no tenía demasiado interés en el esclarecimiento de los hechos, aunque sí utilizó la tragedia para hacer campaña política en contra del gobierno, algo a lo que ha dedicado su mayor esfuerzo desde que Alegre asumiera la presidencia del partido.
Ni bien la Fiscalía inició las investigaciones, Alegre y sus esbirros se dedicaron a chicanear el proceso. Cuando se lo convocó a declarar, estaba fuera del país. Días después, exigió que se hiciera un solo expediente de una supuesta amenaza de muerte de la que había sido víctima y de la muerte de Quintana.
Todo esto llevó a que los agentes fiscales que entiendan en la causa tuvieran que dilatar las acciones más de una vez. Pero he aquí que, fiel a su estilo caradura, Alegre ayer se reunió con el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, a quien exigió celeridad en la causa y lo acusó de ser instrumentado por el gobierno, respondiendo a los intereses de Cartes.
Dijo que “venimos a exigirle resultado porque, si no, ¿Cómo vamos a confiar en la Fiscalía, si vemos todo lo contrario? Veinticinco policías que atropellan sin orden judicial el partido, donde resulta un joven muerto y hay tres imputados y, sin embargo, hay 25 imputados por manifestarse”.
Alegre continuó insistiendo con esa teoría de que el verdadero objetivo de los policías que invadieron el local partidario la noche del 31 de marzo era él mismo y que Quintana fue solo un daño colateral. “Ahí tenemos las camionetas que venían persiguiendo mi vehículo particular, que en ese momento estaba en poder de mi hijo, y a los dos minutos de llegar irrumpen en el partido. Seis móviles, de los cuales cuatro venían persiguiendo mi camioneta. ¿Le parece casual que luego dos móviles más y 25 policías atropellan el PLRA”, preguntó.
