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Una retracción del 3% del Producto Interno Bruto (PIB) arrastrará consecuencias importantes a todos los actores de la economía, incluso sociales. Ronald Dietze, exviceministro de Agricultura y empresario involucrado en el sector agrícola, describió los problemas que sufrirá la economía con una posible caída de tres puntos porcentuales del PIB. Solo la soja como tal afecta 1%, y la reacción de la cadena productiva generará 2 puntos negativos más. Los sectores comercial e industrial verán mermados sus objetivos. En términos sociales, la disminución del transporte de flete dejará sin trabajo a muchos camioneros.
ASUNCIÓN.- Al iniciar su exposición, aclaró que no pretende ser pesimista en relación a los efectos de la caída de rendimiento de la soja, “pero las cifras de retracción nos obligan a administrar realidades. Este tema de los efectos de la caída de la soja es muy sensible para este país, porque no tenemos demasiados bienes reales, además, seguimos siendo dependientes del sector primario, algo que ya debemos cambiar radicalmente”.
Destacó que todos los sectores de la economía, los que aportan a la construcción del Producto Interno Bruto (PIB), se verán afectados, “no todos de la misma manera, algunos a profundidad y otros un poco menos, pero recibirán presiones”, apuntó.
De manera directa serán reducidas sus ventas los principales insumos “plaguicidas, herbicidas, fertilizantes, incluso en la compra de las semillas”, y agregó que el siguiente nivel será “maquinarias, combustibles, repuestos”, pero no se queda en este nivel, porque posteriormente incluye a mano de obra de transportistas y, en ese sentido, destacó que “habrá menos fletes, que dejará sin trabajo a camioneros y, en consecuencia, el Estado percibirá menos dinero en concepto de peajes”, dijo Dietze.
Por Ley, el 50% de la producción sojera debe ser destinada a la producción industrial y la caída de rendimiento también acabará perjudicando a las industrias y a su mano de obra. Dietze destacó al respeto que “la agroindustria que procesa cerca del 50% recibirá menor cantidad de la materia prima y detrás de eso existen otros sectores, porque hay un remanente procesado que se destina a alimentos para animales de corral, aves, cerdos, para el engorde de vacunos”.
Sugiere el analista que toda la sociedad ya no debe entrar en análisis fáciles y satanizar la soja, “esta situación no se debe tratar como un asunto puntual de la soja nomás, se debe ingresar con varios elementos. Acá debemos analizar un todo, no solo en las partes, porque la industria de la soja está enraizada en todo el aparato económico nacional”.
RENDIMIENTO
Ronald Diezte aclaró que la crisis de rendimiento creada por un problema climático debe ser tratada como tal, “pero no caótico como ocurrió en el 2012, pero sí afecta al rendimiento de una manera muy importante, sobre todo la soja tempranera, primero por sequía, el fenómeno de El Niño es la causa de que en algunos lugares llueva en exceso y en otros totalmente seco”.
Los primeros datos indican que hay zonas cuya cosecha llega a un rendimiento 2.500 o 2.800 kls por hectárea, cuando en condiciones normales llega a 3.500 a 3.800 kls por hectárea “como ocurrió en la campaña anterior”, dijo Dietze.
Asegura que la cosecha de soja tardía podría minimizar las perdidas, “y ahora todo estaría dependiendo ya de la soja tardía que aparentemente hasta ahora está bien, se está desarrollando, con un rendimiento 70% de la tardía, supondría una tabla de salvación si el clima sigue así; creo que por ahí podríamos tener una recuperación”.
No obstante aclaró, “no creo que se llegue a las 9 millones de toneladas. En 2018 se llegó a exportar más de 10 millones de toneladas”.
Serían cerca de 1.300.000 toneladas que pesarán sobre el PIB por los factores antes mencionados, no es propiamente y solo la soja, sino toda la cadena que alimenta este grano que al final termina afectando a la composición del PIB. Solo la soja representa 1% del PIB, pero los demás rubros acaban aumentando la cifra negativa.
