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ASUNCIÓN.- En el mundo avanza en la transformación de la producción de alimentos y la industria ganadera no queda fuera. Se la conoce como “carne verde” que proviene del cambio de alimentación del hato de una manera diferente a la convencional.
Esta tendencia tiene dos objetivos, elevar aún más la calidad de la carne y proteger el medio ambiente. Implica protección al ambiente y procurando así el bienestar del animal, desde el nacimiento del novillo hasta el sacrificio que permitirá una mejor producción de la carne, con menos stress.
Luis Villasanti, presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) asegura que la ganadería paraguaya se aproxima bastante a esta tendencia “seguimos utilizando pasturas, no se implementa el sistema europeo de confinamiento del hato, los animales crecen sueltos y eso sin dudas resulta en una mejor calidad de la carne”.
En general, los animales quedan sueltos y se alimentan en áreas de pasturas nativas; en la ganadería convencional, los animales quedan confinados y se alimentan a base de granos “y nosotros usamos los granos industrializados, pero tenemos un 90% de pastura natural y no adoptamos el confinamiento, por dos motivos: tiene un elevado costo este sistema, y tenemos mucho campo para que los animales se alimenten”.
Apunta el ganadero que para llegar al punto que exige la denominada “carne verde” todavía falta un importante trecho “porque nosotros no tenemos diferenciación de precios entre carne natural, no existe en los niveles de exigencias comerciales en la exportación”, aunque adelantó que se llegará este condicionamiento por una cuestión evolutiva de la industria.
