WASHINGTON.- Las personas que constantemente se sienten infelices sin motivo comparten una serie de rasgos en común. De acuerdo con el psicoterapeuta Ramón Oria de Rueda.
En primer lugar, está la cuestión de los objetivos distorsionados, hay que pensar si “son realmente nuestros, ¿O están motivados por nuestra necesidad de aprobación de los demás?”. Lo segundo lleva a la frustración.
Las personas infelices “tienden a hacer una atribución interna de incapacidad y una atribución externa de mala suerte”. Eso significa que, por un lado, piensan que son incapaces de hacer algo, pero cuando les sale mal tienden a culpar a la mala suerte.
Otro rasgo común es la lamentación. “La queja es el centro de su vida. Lo ven todo como una profecía autocumplida”, afirma Ramón Oria de Rueda.
Asimismo, las personas infelices “sienten envidia y dificultad para admirar al otro”, mientras que “el egoísmo es la base de su personalidad”. “La gente negativa es egoísta: habla de sus problemas, de sus dificultades, de sí misma y de su mala fortuna, y esa misma forma de pensar hace que se cumplan sus expectativas”. Y “aunque encuentren a quien cargue con su desgracia, los egoístas son más enfermizos, más pobres y están más solos”.
Por último, de acuerdo con los expertos citados por ‘El País’, la gente infeliz posee “un pensamiento distorsionado y lleno de ideas falaces”, cosas como “me lo merezco”, “tengo que caer bien”, o “si valgo, he de conseguir lo que me proponga”. Se trata de “etiquetas mentales poco realistas”.