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ASUNCIÓN. (Por José María Troche).- Por ahora, nadie se atreve a responderla. “El mejor, debe ser el mejor”, dice uno. Pero “Que acepte nuestro presupuesto”, acota otro. “Que conozca el fútbol paraguayo”, dice un tercero y, un cuarto responde “y, ¿cómo es el fútbol paraguayo?”. No falta el que se las da de intelectual y opina que “Debe conocer la idiosincrasia del futbolista paraguayo”. Y otro más “Recuperar la mística y la garra, con más fútbol”.
En este mundo peloteril, a la hora de opinar, todos somos genios. Y a la hora de citar nombres, no tenemos pelos en la lengua. Desde resucitar el espíritu de Aurelio González, o la marcación hombre a hombre de Cayetano Re, o la sapiencia de Markarián, hasta Pep Guardiola y Mourinho, todos son candidatos a dirigir la selección. El problema es que ¿quién?
Ya se vuelve a hablar de Bielsa, se meta a Sampaoli, hasta a “Felipao” olvidando que es el único técnico en la historia de Brasil al que le metieron 7 goles a su equipo. Y así, la sucesión de nombres es interminable.
Lo cierto y lo concreto es que la hora de elegir va a pesar, antes que nada, el presupuesto. Y ojalá que en este país nunca más se hable de procesos porque esta es la gran mentira de todos los entrenadores, ya que en este país eso no se dio, no se da, ni nunca se dará. Porque nosotros somos así. El “proceso” funcionará tanto y en cuento las cosas salgan bien, pero se irá al tacho apenas lleguen los primeros traspiés. Y abra que empezar todo de nuevo.
Y si fuera cierto también aquello de que “ganamos experiencia”, no sé cuántos fracasos más deberemos capitalizar, a ver si alguna vez “la experiencia” comienza a pagar réditos. Por ahora a mí, y a todos, no nos queda más que esperar. Y rezar para que los dirigentes den el clavo, y podamos salir de este oscuro pozo en el que estamos sumergidos.
