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Las cifras corroboradas por el Banco Mundial (BM) siguen apuntalando la economía paraguaya. Esta situación deja con las manos libres al gobierno para proyectar nuevos planes de sostenimiento por sobre la crítica situación que sigue arrastrando a los gigantes de la región.
ASUNCIÓN.- El índice de actividad económica del primer semestre de 2018 indica que pudo haber mantenido firme el segundo. Las cifras de enero a junio generaron un blindaje contra la crisis argentina y brasileña.
El BM apunta que el crecimiento económico en Paraguay sigue siendo fuerte. El Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) revisado con el nuevo año base de 2014, “el PIB aumentó 4.8% en 2017, medio punto porcentual por encima de la estimación anterior. La tendencia continuó a principios de 2018: en el primer trimestre del año, la economía se expandió 4.1 por ciento, impulsada por el consumo privado y público (+5 por ciento y +9.4 por ciento, respectivamente)”.
Si bien el segundo semestre, la economía experimentó un receso que redujo los índices de crecimiento, la expansión marcada hasta junio hizo de “colchón” que contuvo una caída más significativa.
Destaca el Banco Mundial que durante el lustro anterior, “la fuerte demanda interna provocó un aumento de las importaciones (+5.8 por ciento), que superaron a las exportaciones (+3.9 por ciento)”.
Por el lado de la oferta, la generación de energía (+7.7 por ciento), la manufactura (+5.4 por ciento) y los servicios (+5.8 por ciento) fueron los sectores de más rápido crecimiento.
Señala el BM el importante de los topes de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF) “continuó apoyando la prudencia fiscal; de enero a julio, el gobierno ejecutó el presupuesto de la administración central con un déficit de 0.5 por ciento del PIB, consistente con el límite de déficit de 1.5 por ciento establecido por la Ley”.
Después del crecimiento de dos dígitos en 2017, la inversión pública se desaceleró notablemente en 2018. Con pequeños déficits, la deuda pública se mantiene entre las más bajas de la región.
