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El diputado disidente Ariel Oviedo fue elegido presidente de la Comisión Permanente del Congreso, aunque todo parecía indicar que iba a ser elegido el oficialista Bernardo Villalba. Mario Abdo Benítez, como si estuviera en trance, se emocionó hasta las lágrimas y dijo que se veía “la mano de Dios”, que anunciaba las muchas derrotas que iban a sufrir sus contrincantes.
ASUNCIÓN.- Como si Dios no tuviera asuntos más importantes que atender, parece que ha decidido intervenir directamente en el conflicto entre oficialistas y disidentes colorados, dando la razón a estos últimos, por supuesto. Eso es lo que cree Abdo Benítez, quien de repente se volvió más pastor que los propios pastores y se emocionó hasta las lágrimas al tomar como una señal de Dios la elección de Oviedo.
La Comisión Permanente es una especie de guardián del Congreso, a fin de que no quede vacío durante los más de dos meses de receso. Tiene muy pocas atribuciones, y la más importante es la de convocar a sesión extra a las cámaras; aunque esto también pueden hacerlo las mismas mesas directivas, a pedido de sus miembros o del Ejecutivo.
De todos modos, el oficialismo quería que fuera el diputado Villalba quien presidiera la comisión, pero no resultó debido a que Perla de Vázquez llegó tarde a la primera sesión, y la disidencia aprovechó para imponer a Oviedo en el cargo.
Por lo visto la disidencia está tan desesperada por conseguir triunfos que su líder tomó este simple hecho como una señal de que Dios está con ellos y de que sus enemigos verán fracasar sus pretensiones, supuestamente por creer en el poder terrenal y no en el divino.
“Es la gloria de Dios. Ven cuando hay justicia en época del Señor, en Navidad. Este es el inicio de las muchas derrotas que van a tener quienes creen en el poder terrenal y no en el divino”, dijo Marito, como si estuviera en trance religioso.
Hay que ver si su campaña se va a basar en aguardar milagros de Dios, ya que las cuestiones políticas son precisamente terrenales y no tienen nada de divino. Por de pronto, esta pequeña victoria en la Comisión Permanente le bastó para sentirse feliz y emocionado. Ojalá le dure algún tiempo.
