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Guillermo Duarte Cacavelos, candidato a senador por el Partido Democrático Popular (PDP), mantuvo permanente conversación durante unos meses con el exsecretario del JEM, Raúl Fernández Lippmann, justo antes de que su suegro fuera beneficiado con el sobreseimiento provisional en un caso en el que estaba imputado. Por lo visto, hasta los impolutos tienen techo de vidrio.
ASUNCIÓN.- Duarte Cacavelos forma parte del primer anillo de los “luchadores” en contra de la corrupción, ya que es abogado de Efraín Alegre, Rafael Filizzola (otro que bien baila) y, además, se postula por el partido de éste y su señora (Desirée Masi) a la Cámara de Senadores.
En una foto en Twitter se lo ve con el mismo Filizzola y con el abogado José Casañas Levi, asesor de Eduardo Petta en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, desde donde ya hizo sus “aprietes”.
Resulta que Duarte Cacavelos es yerno de Carlos Heisele, expresidente de la Ande, procesado por lesión de confianza. Entre los meses de octubre y noviembre del año pasado, el candidato a senador pedepista habló varias veces con Fernández Lippmann, involucrado en tráfico de influencias en el caso de los audios del JEM, y, casualmente, poco después su suegro logró el sobreseimiento provisorio.
Esto se sabe ahora, con la aparición de grabaciones de dichas conversaciones, que forman parte del escándalo de los audios, que, supuestamente, fueron conseguidos y emitidos para perjudicar al entorno del presidente Horacio Cartes, pero cada vez se suman más nombres de los “próceres” de la democracia y la lucha contra la corrupción, que demuestran que no son más que un bluf.
El abogado y candidato a senador, es, además, un caradura, ya que fue uno de los tantos que se apresuró a dar su opinión cuando saltó el escándalo de los audios del JEM, y, sin ruborizarse siquiera recomendó a los fiscales del caso que lo tomen en serio y que ubiquen las conversaciones en el tiempo para ver si tuvieron consecuencias o no. Es justamente esto lo que debe hacer el Ministerio Público con las grabaciones que lo involucran, y allí constatarán que las mismas coinciden con el sobreseimiento de su suegro, lo cual parece distar mucho de ser casualidad.
NO ACLARES, QUE OSCURECES
Intentando mostrarse como un impoluto perseguido por los medios de comunicación, el abogado Guillermo Duarte Cacavelos se comunicó con una radio para desmentir la acusación de que habría presionado a la Justicia, a través de conversaciones con el entonces secretario del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, para que su suegro y expresidente de la Ande, Carlos Heisele, consiguiera el sobreseimiento provisorio en una causa por lesión de confianza.
Posiblemente guiado por el afán de demostrar su inocencia, Duarte Cacavelos no analizó muy bien lo que debía decir ante los medios, puesto que, en lugar de desmentir con solvencia las publicaciones, actuó más bien como un niño caprichoso que rechaza las acusaciones sin justificarlo.
Es más, dijo que no había forma de demostrar que mantuvo tantas conversaciones con Fernández Lippmann, cuando que eso es, precisamente, lo que queda demostrado en los audios; los mismos audios que meses atrás él había dicho que debían ser tomados en serio por la Fiscalía.
Por otra parte, tampoco pudo justificar que el sobreseimiento de su suegro se haya dado justamente unos días después de que terminara el aluvión de conversaciones con el entonces secretario del JEM.
FISCAL NO QUISO RESPONDERNOS
Yendo al fondo del caso, para investigar todas las aristas, intentamos conversar con el fiscal Leonardi Guerrero, quien en diciembre pasado había recomendado el sobreseimiento provisorio del extitular de la ANDE, Carlos Heisele, puesto que queríamos saber cuáles fueron los motivos que lo llevaron a solicitar esa medida para quien, casualmente, es el suegro de Guillermo Duarte Cacavelos.
Pero el agente del Ministerio Público ni atendió nuestras llamadas ni respondió a nuestros mensajes de Whatsapp, aunque sí los leyó.
Lo que sabemos es que a fines del año pasado, la jueza Lici Sánchez otorgó el sobreseimiento provisional a Heisele, atendiendo al benevolente pedido del fiscal Guerrero, quien quedó a cargo del caso luego de que la defensa recusara a Nadine Portillo, quien, aparentemente, pensaba acusar al expresidente de la Ande por lesión de confianza.
El caso salió ahora a la luz al conocerse la existencia de varios contactos telefónicos entre Duarte Cacavelos y el exsecretario del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados, Raúl Fernández Lippmann, justamente un mes antes de que se conociera la medida a favor de Heisele.
