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ASUNCIÓN.- El mismo “Chiqui” Ávalos sostuvo que Fernando Lugo fue un accidente en el gobierno de la República del Paraguay. “Llegó al poder merced a un espejismo, apuntalado por el hastío de 60 años de gobiernos colorados, la bipolaridad demencial de Nicanor, que pretendía dividir a la oposición para seguir gobernando a través de una figura títere (que conociendo el temperamento de Blanca Ovelar)”.
Siguió diciendo: “En el afán de buscar el cambio nadie se preocupó en saber quién era realmente el obispo, y le votaron liberales, colorados descontentos, ciudadanos comunes, a una figura que no venía de la política cuyos representantes se hallaban profundamente desprestigiados, pero absolutamente desconocida, salvo las menciones de su paso por San Pedro, como un líder más de las ocupaciones, emparentado con la Teología de la Liberación y sin lugar a dudas relacionado con los movimientos que más tarde confluirían en el EPP”.
En otro párrafo remarca: “Tarde nos dimos cuenta que era un bluff. Que realmente desconocía lo que era el Estado, que no tenía la mínima aptitud más allá de recoger en el cepillo las contribuciones de las misas, y mucho menos conocimientos como para administrar un país, y sobre todo, un perfecto amoral que hacía tabla rasa de los principios elementales, no ya de la Iglesia de la que provenía, traicionando todos sus principios, sino de los mismos de la convivencia, relacionándose con o sin consentimiento con menores, quienes confiaban en esa imagen de honestidad que transmitían sus hábitos eclesiales”.
