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BRASILIA.- El expresidente brasileño, Luíz Inácio Lula da Silva, que fue condenado a 12 años de prisión por el Poder Judicial, aseguró que está dispuesto a permanecer en el país y disputar las próximas elecciones presidenciales. El líder del Partido de los Trabajadores (PT), actualmente lidera las encuestas de opinión de cara a los comicios de octubre, pero debido a su condena su postulación puede ser impugnada.
“No me voy a matar ni huir de Brasil, voy a pelear hasta el final”, sostuvo Lula da Silva, quien en enero fue sentenciado en segunda instancia por corrupción en la causa Lava Jato.
El exmandatario afirmó estar “preparado, estoy tranquilo, yo tengo la certeza de que voy a ser absuelto y de que no voy a ser detenido”. Sin embargo, con la condena de segunda instancia el expresidente (2003-2010) puede ser arrestado en los próximos días.
Lula lidera las encuestas para las elecciones presidenciales de octubre, pero debido a su condena su postulación puede ser impugnada. A pesar de ello el fundador del Partido de los Trabajadores ratificó su decisión de postularse a un tercer mandato.
Por otra parte, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Brasil postergó para el 6 de marzo el examen del pedido de habeas corpus de la defensa del expresidente para evitar que sea detenido.
TEMER: INHABILITACIÓN POLÍTICA DEL EXPRESIDENTE LO CONVERTIRÍA EN “MITO”
El jefe de Estado de Brasil, Michel Temer, dijo que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010) podría convertirse en un “mito” si las autoridades le impiden participar en las elecciones presidenciales, a celebrarse el próximo octubre.
Temer advirtió de que evitar una posible candidatura de Lula, condenado a 12 de años de prisión por corrupción, podría dar al exmandatario una figura “mítica”, con la que podrá hasta “influir” en los comicios.
“El problema de que no sea candidato es que se puede transformar en un mito y como una figura mítica tal vez pueda hasta influir” en las elecciones aunque no participe en ellos, afirmó.
El mandatario, quien ya había advertido de que la inhabilitación de Lula sumaría “tensión” en el país, resaltó que si el antiguo dirigente sindical pudiera disputar la cita electoral y eventualmente ser “derrotado” en las urnas, “no habría esa mitificación” en torno a su figura.
El presidente de facto, que dejará el poder el 1 de enero de 2019, no obstante, opinó que el Partido de Trabajadores (PT) -al que pertenecen Lula y la expresidenta Dilma Rousseff (2011-2016)- sufrió una “desvalorización nítida y expresa”, aunque aún no se definió “el cuadro electoral”, recalcó.
El gobernante, cuya popularidad se sitúa actualmente en un escaso 5 %, reiteró que no será candidato en octubre y que le gustaría ser recordado “como alguien que consiguió hacer buenas reformas y consiguió equilibrar el país”.
