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CURITIBA.- La situación judicial de Luiz Inácio Lula da Silva se complica cada vez más. El expresidente brasileño, condenado en julio a nueve años y medio de cárcel, fue interrogado nuevamente ayer en Curitiba por el juez Sergio Moro, en otra causa por corrupción pasiva.
En total, el exmandatario enfrenta hasta el momento cinco causas penales, aparte de aquella por la cual fue condenado, por cargos que van de corrupción pasiva, lavado de dinero y tentativa de obstrucción a la Justicia a tráfico de influencias y formación de organización delictiva.
Lula declaró por segunda vez frente a Sergio Moro. El nuevo testimonio llega cuatro meses después del primero, en mayo, cuando el juez y el expresidente estuvieron frente a frente por cuatro horas y media. Ahora, Lula deberá dar su testimonio en otro caso en el que es acusado de corrupción pasiva.
De acuerdo con los fiscales, Lula recibió de la compañía Odebrecht -principal involucrada en el “petrolão”- un terreno valuado en US$ 3,7 millones para la construcción de la nueva sede del Instituto Lula y un departamento en São Bernardo do Campo, valuado en US$ 156.000, en el mismo piso donde vive el expresidente.
La nueva sede del Instituto Lula jamás se construyó. Según la defensa del expresidente, el instituto siempre recibió donaciones legales, declaradas y dentro de la ley. El departamento está a nombre de otra persona. Sin embargo, el inmueble fue usado por la familia de Lula, que jamás pagó alquiler al propietario, primo de un empresario amigo de Lula hoy condenado por haber recibido dinero de Odebrecht.
