SAN JUAN.- Durante las observaciones de la enana roja Ross 128, realizadas con el radiotelescopio de Arecibo, los científicos detectaron peculiares señales procedentes de la estrella. Se percataron de su rara naturaleza. Las señales representaban pulsos cuasi-periódicos no polarizados de banda ancha con fuertes características de dispersión.
Sin embargo, las posibilidades de que pudieran ser indicios de vida extraterrestre son muy bajas. “La recurrente hipótesis extraterrestre viene después de muchas otras explicaciones mejores”, ha escrito Abel Méndez, astrobiólogo y científico planetario que encabeza el laboratorio de Habitabilidad Planetaria de Arecibo de la Universidad de Puerto Rico.
Los científicos desconocen el origen de las señales, pero proponen tres explicaciones plausibles: que podrían ser emisiones similares a las llamaradas solares de tipo II, emisiones procedentes de otro objeto en el campo de visión de la estrella o destellos de un satélite en una órbita alta. Sin embargo, como las señales proceden únicamente de Ross 128, los astrónomos descartan que pudiera tratarse de interferencia electromagnética.