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WASHINGTON.- Los cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) no llegaron a un consenso sobre la resolución que deben adoptar en relación a la crisis en Venezuela. Después de un largo cuarto intermedio, el pleno decidió posponer una decisión sobre la grave situación en la nación caribeña por otras 3 semanas. Habrá una posición en la asamblea que se hará en Cancún, México. Ayer mientras se desarrollaba la reunión en Caracas, el régimen de Nicolás Maduro desataba otra feroz represión a manifestantes opositores, con un saldo de 50 heridos.
Una vez comenzada la Vigésimo Novena Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, para tratar la situación en Venezuela, la mayoría de las diversas expresiones de los cancilleres o delegados de los Estados miembros se han decantado por coincidir sobre la gravedad de la crisis que registra la nación sudamericana, la alarma que tienen por la violencia que se ha desatado en las manifestaciones de civiles en las calles, las dudas sobre el orden constitucional e institucional actual en Venezuela y las violaciones de derechos humanos por la gravedad de la situación humanitaria.
Así mismo todos coinciden en la importancia del diálogo entre las partes enfrentadas en Venezuela, como herramienta y único modo para procurar la solución de los problemas, además de la restitución de la paz social perdida.
Sin embargo, nada de esto fue suficiente para arribar a un acuerdo, por lo que decidieron posponer la reunión.
PARAGUAY YA ALERTABA
El canciller paraguayo, Eladio Loizaga, recordó que desde hacía un año atrás, en junio de 2016, en el marco de una reunión del Consejo Permanente de la OEA, Paraguay había alertado sobre la situación en Venezuela.
“Hace un año ofrecíamos nuestra mejor disposición para encontrar algún curso de acción que coadyuvara a la solución de la situación, mediante un diálogo abierto e incluyente entre el Gobierno y los actores políticos y sociales de esa nación, para preservar la paz y seguridad en Venezuela”, dijo, deplorando que se confió en las iniciativas de diálogo, pero lamentablemente eso no tuvo éxito.
“Un año después nos encontramos en este mismo recinto con un panorama desolador: más de 70 muertos en las manifestaciones, centenares de heridos, presos políticos, una crisis de salud y alimentos agravada a niveles sin precedentes, un desplazamiento de ciudadanos venezolanos, una descomunal represión de ciudadanos que reclaman a su Gobierno garantías previstas en su Constitución”.
