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Algunos senadores disidentes y opositores se reunieron ayer con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a quien intentaron convencer de que desde el gobierno y el oficialismo colorado se había violado la Constitución Nacional con la aprobación del proyecto de enmienda. El visitante se limitó a recibir el dossier que le presentaron y prometió estudiarlo, aunque previamente ya había manifestado su confianza en el presidente Horacio Cartes.
ASUNCIÓN.- Fueron por lana y salieron trasquilados. Es lo que se podría decir que, otra vez, les ocurrió a los representantes del “grupete” que siguen empeñados en desacreditar la imagen del gobierno a nivel internacional, sin ningún éxito visible hasta ahora.
La delegación estuvo integrada por el presidente del Senado, Robert Acevedo, además de Blanca Ovelar, Luis Alberto Wagner, Eduardo Petta y Adolfo Ferreiro, quienes entregaron a Almagro una carpeta que, supuestamente, demuestra la reciente violación a la Constitución producida por la mayoría de la cámara e instigada por el gobierno, al tratar y aprobar el proyecto de enmienda constitucional.
El problema del “grupete” y su denuncia posiblemente haya sido que un día antes de esta reunión, Almagro ya había tenido conocimiento de los hechos y llegado a la conclusión de que no hubo ningún quiebre institucional y que “el presidente Cartes ha demostrado una vez más un superior espíritu cívico y ese paso adelante que da fortalece las instituciones de Paraguay, fortalece el sistema político de Paraguay”, felicitando al jefe de Estado por su decisión de no postularse para las elecciones del año próximo.
Así que lo del “grupete” fue algo así como llorar sobre la leche derramada, puesto que el titular de la OEA ya había tomado una decisión, y ésta, definitivamente, es exactamente contraria a lo que pretenden disidentes y opositores, que siguen empeñados en perjudicar la imagen del país, sin importar el daño que pueden hacer a la ciudadanía.
No es la primera vez que lo hacen. Ya pasó con la emisión de bonos soberanos, cuando Acevedo, abrogándose una representatividad del Congreso que no le correspondía porque Diputados no lo había autorizado, recorrió organismos internacionales denunciando al gobierno. También esa vez quedó en ridículo, lo cual demuestra que los altos funcionarios de estos organismos son mucho más inteligentes y preparados que los “grandes” estrategas del “grupete”.
