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Al escuchar al obispo de Roma, inmediatamente viene a la memoria las expresiones del obispo africano y premio nobel de la paz, Desmond Tutu, quien decía que “si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”. El Santo Padre, al terminar su visita a Panamá, fue abordado sobre la crisis de Venezuela e indicó que apoya a “todo el pueblo venezolano”, pero que respaldar a una de las partes “sería una imprudencia pastoral y haría daño”.
ROMA, Italia.- El papa Francisco afirmó que le “asusta un posible derramamiento de sangre en Venezuela” y ofreció su ayuda si ambas partes lo solicitan, según declaró durante el vuelo de regreso de Panamá, adonde acudió el pasado miércoles para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Con esto, el mismo asume una posición que solamente beneficia al dictador Nicolás Maduro, quien es el responsable de la tremenda crisis humanitaria que existe en el mencionado país.
La posición del Santo Padre fue criticada por varios analistas políticos, quienes indicaron que la posición del Obispo de Roma es muy cómoda y que deja la sensación que está a favor de Maduro.
El pasado domingo, Francisco pidió “solución justa y pacífica” para superar la crisis respetando los Derechos Humanos y deseando el bien de todos los habitantes del país”.
Al ser consultado sobre si el Vaticano respaldaría a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, tal como ha hecho una gran parte de la comunidad internacional, Francisco respondió que “sería una imprudencia pastoral y haría daño ponerse de la parte de unos países o de otro”.
“Yo apoyo a todo el pueblo venezolano, que está sufriendo. Si yo entrara a decir hagan caso a estos países, o a estos otros me metería en un rol que no conozco. Sería una imprudencia pastoral de mi parte y haría daño”, dijo. En este contexto, Francisco dijo que no le gustaba que se le definiese como “equilibrado”, sino que su comportamiento era “el de un pastor”.
Instó además a que “si necesitaban ayuda” para solucionar este problema “que se pongan de acuerdo y la pidan”.
“Me asusta el derramamiento de sangre. Y en esto pido grandeza a los que pueden ayudar a resolver el problema. El problema de la violencia, a mí me aterra”, afirmó el papa.
