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El gobierno cumple sus primeros 100 días el jueves de la semana próxima. No se recuerda que un mandato haya generado tantas críticas en tan poco tiempo. En ese sentido, el analista político, Alfredo Boccia, destacó la falta de liderazgo del presidente Mario Abdo Benítez. Entretanto, el diputado Walter Harms sostuvo que se perfila un gobierno sin rumbo. Igualmente, al decir del vicepresidente de la ARP, Dr. Manuel Riera, la sensación que transmite el mandatario es que “no manda, no gobierna”. A todo esto se agregan las críticas por nombramientos polémicos, la defensa a cuestionados integrantes de su gabinete y un abierto enfrentamiento con sus correligionarios.
ASUNCIÓN.- Ese plazo tácito que se suele dar a un gobierno antes de empezar a criticarlo no corrió esta vez, porque, desde mucho antes de cumplirse los primeros 100 días, empezaron los desaciertos, denuncias de corrupción, nombramientos cuestionados, escombros que “resucitaron” y, lo último, una feroz crisis interna dentro de uno de los ministerios más sensibles para la ciudadanía, el de Educación.
Justamente la designación de Eduardo Petta al frente del MEC, fue una de las más criticadas por gremialistas y ciudadanía en general, que no veía en el “intenso” exsenador a alguien apto para llevar adelante una renovación de fondo en la educación de niños y jóvenes, algo que ya no puede ser postergado.
Para colmo, la secuela que deja esta crisis, en donde el presidente se jugó por su ministro de manera rotunda, es que la misma pudo haber horadado los cimientos del movimiento oficialista, lo cual agrava la situación puesto que Abdo Benítez puede quedar sin ningún sustento político, o uno muy débil, habida cuenta de que, desde que asumió, rompió lanzas y declaró la guerra a la disidencia de su mismo partido.
En estos poco más de 3 meses quedó en claro que hay una falta clara de liderazgo en el jefe de Estado, quien, para colmo, es la cabeza del movimiento Colorado Añetete. Cuando se pensaba que su dolor de cabeza iba a ser Honor Colorado, ante las agresiones que él y su entorno lanzan permanentemente contra el expresidente, ahora parece que, justamente porque no tiene condiciones para imponerse como líder, es su propio sector político el que le va a dar más dolores de cabeza.
Uno de los problemas de Abdo Benítez es que dice una cosa y hace otra. Mientras proclama su decisión de luchar contra la corrupción, hasta ahora protege a funcionarios suyos denunciados por negociados, como el caso de Patricia Samudio, de Petropar, salpicada por graves denuncias. Su decisión de reactivar el clientelismo político es descarada, y lo reconoce con nombramientos, por ejemplo, de la coordinadora de despacho de la Primera Dama, que tiene un salario de G. 30 millones. Pertenecer al círculo de amigos del presidente y su esposa es, en este período, un excelente negocio. Mientras las crisis arrecian cada vez más, el presidente prefiere priorizar sus viajes al exterior, de donde regresa más agresivo que nunca, pero siempre fijando su atención ante el sector que él cree que es el enemigo.
Esto apenas está empezando, pero si no ocurre un urgente golpe de timón, la situación irá empeorando y nadie sabe lo que ocurrirá en los próximos años.
