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El caso Piris da Motta va pasando de castaño a oscuro. Ya se ha convertido en un folletín, un culebrón que ya se pasó de la raya. La discusión entre lo legal y lo justo salta al tapete. Hay favorables y detractores del jugador. Y de Trovato. Lo que parecía una limpia, rápida y eficaz negociación se enturbió por completo.
ASUNCIÓN.- Hasta hace una semana, o diez días a más tardar, todo el mundo parecía contento y feliz con el cierre de la transferencia de Robert Piris da Motta, de Rubio Ñu a Olimpia. El joven, jugador cuyas condiciones “explotaron” en el pasado torneo, estimuló a la dirigencia de Olimpia, que lo había prestado de Rubio Ñu para hacer uso de la opción de compra del pase del jugador. Hasta aquí, todo bien.
Olimpia y Rubio Ñu habían firmado un documento que cedía temporalmente al jugador por un año y que si el Decano quería tenerlo, debería abonar 500.000 dólares por el cincuenta por ciento de la ficha del jugador. Trovato anunció el finiquito de la transacción realizada con su par de Rubio Ñu, “Puchi” Ruíz Díaz, y todos contentos. Pero hete aquí que en lapso más arriba señalado, Carlos “Colorado” Gamarra advierte: “Ojo, los derechos federativos seguirán en Rubio Ñu”, espetó a una emisora local cuyos animadores, ni cortos ni perezosos, llamaron a Trovato y le contaron la cuestión.
ARDIÓ TROYA
Trovato, encolerizado respondió en su momento que si Olimpia adquiría la ficha y suscribía un contrato por 5 años con el jugador “adiós derechos” porque no se puede firmar contratos más allá de ese plazo. Las aguas se calmaron por unas pocas horas, y cuando ya estaba todo listo para la firma del contrato, aparece otro palo en la rueda del negocio.
Piris da Mota revela que le habían prometido abonar veinte mil dólares mensuales y que en el contrato figuraba una escala que iba de los 10 mil a los 14 mil dólares con aumentos ascendentes de mil dólares por año. El futbolista, con todo el derecho del mundo (nadie puede obligar a nadie trabajar en alguna parte en contra de su voluntad), se negó a firmar y exigió que se modifique la clausula a lo que Olimpia no accedió.
COMISIÓN EXTRA
Trovato, hay que decirlo, es nuevecito en esto de negociar contratos de fútbol aunque tenga muchos y muy buenos asesores. Pero lo que no se esperaba es que surgiera el agente de Robert a solicitar un 15 por ciento de comisión por futuras transferencias y la exclusividad de negociarlas. Trovato saltó como un tigre y expresó –palabras más, palabras menos- que “El Olimpia que regalaba plata ya no existe”, dejando entrever el desmedido interés del empresario del futbolista.Lo que no sabíaTrovato es que ese tipo de acuerdos es normal. Y cada uno es libre de aceptarlo o no. No hubo nada ilegal ni no permitido en la propuesta.
A LO QUE SE EXPONE PIRIS
Existe un documento en el que se estipulan las cláusulas del convenio entre los clubes y los beneficios del jugador. El jugador no acepta las condiciones económicas más que nada porque verbalmente se le ofreció una cosa y en los papeles figura la mitad. Si la intención era pasar el otro 50 por ciento por debajo de la mesa, eso es ilegal. Si al final Piris se abstiene de firmar y logra sortear el juicio al que dicen será sometido, alguien de la contraparte de Olimpia, Rubio Ñu o el pelotero deberán pagar una indemnización y el jugador regresar a su club de origen.
Olimpia ya depositó la suma convenida por el porcentaje del pase. Rubio Ñu todavía no retiró el cheuque depositado en una escribanía. Y si se llega al caso de que se desista de la operación, Piris podría recibir sanciones penales importantes y deportivamente quedará marcado por incumplimiento de contrato. Podrían cerrársele todas las puertas, y el sueño de la “súper transferencia” con lo que parece que le engatusaron, podría convertirse en una pesadilla, más que en un sueño.
LA SOLUCIÓN
Lo dijo Tony Mura la semana pasada: “Hay que sentarse a dialogar. Piris fue invitado por el presidente a concurrir a una reunión en la que se arreglaría todo, incluso con su representante, pero no concurrió”. Y no hacerlo fue un error. Debía haber dialogado, intentado consensuar un arreglo y evitarse este trastorno tan desagradable que es meterse en un juicio, cuyo resultado apunta a favorecer al club demandante.
Robert Piris da Motta es una brillante promesa de gran jugador. Por ahora sigue entrenando en el club. Hoy, 30 de junio, vence su contrato. Si no arregla la situación, tendrá que volver a Rubio Ñu y esperar allí a ver qué pasa…
