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ASUNCIÓN.- La idea del asesinato de Luis María Argaña era que Lino Oviedo ganara las elecciones a la Vicepresidencia y que, ya en la línea de sucesión, luego renunciara el presidente Raúl Cubas y el fallecido exmilitar quedara al frente de la Presidencia de la República, según Icho Planás, amigo y colaborador del vicepresidente muerto, quien asegura que los autores morales fueron, el mismo Oviedo, o los oviedistas.
Planás se muestra más que predispuesto a recordar lo ocurrido hace 19 años y conserva todos los hechos bien frescos en su memoria. De entrada sacó la conclusión de lo ocurrido: “Matan a Argaña para que se convoque a elecciones de vicepresidente, que gane Oviedo, renuncie Cubas y él pueda asumir la presidencia. Los autores materiales están todos presos, menos uno, Fidencio Vega; nunca se lo encontró, no sabemos si fue una quema de archivos de la Policía o los sicarios”.
Reconoció que es muy difícil probar quiénes fueron los autores morales, aunque “los indicios conducen todos al mismo lugar; si no fue Oviedo, fue el oviedismo el que organizó la muerte de Argaña”.
Según recordó, estaba previsto que el miércoles se concretara el juicio político a Cubas y se sabía que se tenían los votos para hacerlo, así que se decidió matar a Argaña el día antes para frenar todo el proceso. Lo que no sabían los asesinos era que el vicepresidente había decidido reunirse con la bancada colorada del Senado, el martes a la tarde, para posponer el juicio político porque la mayoría era muy ajustada y le preocupaba que alguno cambiara de postura.
“Hay muchas cosas muy sospechosas. El Tribunal Superior de Justicia Electoral convocó a elecciones del vicepresidente de la República sin tener constancia de la muerte de Argaña. Es obvio que fue un complot”, añadió.
Comentó que ya después de la renuncia de Cubas y de que tanto él como Oviedo hubieran salido del país, el diario ABC empezó su campaña para desvirtuar los hechos. “Dijeron que había muerto (Argaña) del corazón, o en casa de la amante. Llegaron a hacer imprimir una revista brasilera, Istoé, en castellano cuando que nunca se imprimió en castellano. Y allí, un supuesto forense declara que la sangre de Argaña era vieja, coagulada, que no había sangrado demasiado, que él no había muerto en ese escenario”, dijo Planás.
Manifestó que “ni James Bond podría hacer lo que ellos dicen que se hizo. Que murió el día antes, guardamos el cadáver y le paseamos. La otra versión es que murió en casa de su amante, la pobre chica esta, (Fabiana) Casadío, que ni le conocía”.
