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BOGOTÁ.- En diciembre de 1993, el coronel Hugo Aguilar saltaba a la fama por haber matado a Pablo Escobar, el narcotraficante más peligroso de la historia de Colombia. La foto recorrió el mundo: Aguilar, sonriendo, con el fusil en una mano y levantando el cuerpo de Escobar con la otra, miraba a la cámara orgulloso. Pero el jueves, el nombre de Hugo Aguilar volvió a copar los titulares de los periódicos: la Fiscalía colombiana le ha detenido por presunto lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.
Según la acusación, Aguilar habría intentado legalizar y ocultar recursos obtenidos con actividades ilícitas, producto de su relación con los paramilitares. Los 33 bienes, entre los que se encuentran casas, oficinas, garajes, coches, ascienden a unos 5,2 millones de dólares. Junto a él, fueron detenidos su mujer y un supuesto testaferro.
9 AÑOS DE CÁRCEL
No es la primera vez que Aguilar se ve envuelto en un escándalo judicial. Veinte años después de protagonizar una de las páginas más importantes de la lucha contra el narcotráfico en Colombia, el coronel fue condenado por el caso de la ‘parapolítica’, por sus relaciones dudosas con los paramilitares.
Después de retirarse de la Policía, a finales de los años noventa, Aguilar dio el paso a la política y llegó a la Asamblea departamental de Santander. De ahí se postuló para gobernador, cargo que ocupó entre 2004 y 2007. Según el auto, Aguilar “accedió al cargo de gobernador poniendo su investidura a disposición de dicha estructura armada ilegal”.
