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La violencia implantada actualmente en el campo, en especial el hecho ocurrido en la localidad de Yhú, departamento de Caaguazú, donde un agricultor fue atacado y su sembradora quemada, alarma a los productores. El presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), el Ing. Héctor Cristaldo, denunció que existe un juego político que pretende bloquear el trabajo del pequeño productor. Mientras que Luis Villasanti, presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), apuntó que es una muestra más de la inseguridad que rodea al sector productivo.
ASUNCIÓN.- El Ing. Cristaldo destacó que existe un recrudecimiento de la violencia en el campo instigado por autores políticos populistas que buscan frenar el proceso de incorporación al desarrollo rural de los pequeños productores que están asimilando las nuevas tecnologías y aplicando en sus chacras. “Les quieren mantener en el atraso y en la pobreza, por eso están tratando de bloquear la posibilidad de trabajar de los pequeños productores”, afirmó.
Indicó que están trabajando con las instituciones para que les garanticen la seguridad y la posibilidad de trabajar.
Agregó que ante los hechos sucedidos en Yhú, en donde a un productor le quemaron una sembradora, “los amigos ya le están proporcionando otro equipo para que pueda seguir trabajando”. “El afectado tiene 10 hectáreas y esta cultivando en forma comunitaria con su base. Acá hay un proceso de cooperación entre pequeño, mediano y grandes productores, que permiten que el pequeño productor vaya tecnificando y salga adelante y eso es lo que le molesta a la gente. Dicen que el intendente de Capiibary (San Pedro) es quien incursiona con su gente hacía el lado de Yhú (Caaguazú) y no le deja trabajar a la gente”, se quejó Cristaldo.
Pidió al gobierno que las instituciones hagan su tarea y todos aquellos que violan la ley reciban la sanción que corresponde.
Por su parte, el titular de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Dr. Luis Villasanti, indicó que es lamentable la inseguridad que se está viviendo en el campo, sostuvo que permanentemente se están reuniendo con las autoridades, piden el respeto a las leyes y a la Constitución Nacional.
“Nosotros no estamos en guerra con nadie, la propia Constitución garantiza la propiedad privada y el libre trabajo. No porque uno es inmigrante, en el caso de los brasiguayos hay que agarrar, quemarle su tractor y atropellarles, eso sería una persecución al extranjero y pueden lo mismo a lo nuestro en su país”, puntualizó el gremialista.
Consultado que es lo que el gobierno puede hacer señaló, “yo creo que se está trabajando bien, mencionó el caso de los políticos que están presos salpicados por los hechos de narcotráficos, decomiso de grandes cantidades de drogas y armamentos. Todo eso es una sumatoria, que muestra que no estamos mal en seguridad, pero podemos estar mucho mejor y trabajar tranquilos, sin temor y sin que nadie nos amenace”.
Resaltó que el gremio está tomando con mucha preocupación lo que está pasando y tratando de solucionar los problemas que están a su alcance.
SIGUEN ENFRENTAMIENTOS
Existen varios casos de enfrentamientos en el campo. Uno de ellos se produce en la comunidad indígena Bajada Guasu, ubicada en el distrito de Francisco Caballero Álvarez, departamento de Canindeyú. El problema es entre los propios nativos que invaden un inmueble en la zona.
También sigue latente el conflicto entre productores de origen brasileño y campesinos en Pindo’i, distrito de Tembiaporã, Caaguazú. Por otra parte, Los labriegos ocupan varias hectáreas de tierra cerca de la colonia Sidepar, en el Departamento de Caaguazú, desde hace tres años.
Las tierras ocupadas están ubicadas cerca de la colonia Sidepar, que linda con los departamentos de Caaguazú y Canindeyú. La zona es bastante conflictiva, constantemente investigada por supuestos hechos delictivos como la plantación de marihuana y el rollo tráfico.
Sin embargo, el plato fuerte de hechos violentos se registró hace cinco días, una familia de productores de Yhú denunció un violento ataque por parte de un grupo autodenominado “sintierra”, que quemó una sembradora y derramó combustible a operarios, amenazando con prenderles fuego.
El hecho ocurrió el pasado martes a las 8:00, en una propiedad de 20 hectáreas ubicada en la compañía Mcal. López’i, Línea 6 de este distrito, límite con Capiibary, Dpto. de San Pedro. Las víctimas del hecho son Manuel Fariña y sus hijos, Raúl (27), Miguel (20) y el menor Manuel (14), quienes se encontraban trabajando en una propiedad alquilada por la familia. En un momento dado fueron rodeados por un grupo de labriegos, quienes con escopetas y machetes les obligaron a abandonar los tractores.
Siempre según el informe policial, luego fueron despojados de sus pertenencias y rociados con nafta como para ser quemados vivos. Posteriormente, los supuestos atacantes decidieron quemar una sembradora que la familia adquirió la semana pasada.
