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WASHINGTON.- Más de tres semanas de cierre parcial de gobierno no han hecho cambiar de opinión al presidente Donald Trump, respecto a su posición para conseguir de forma extraordinaria US$ 5.700 millones para financiar la construcción del muro entre Estados Unidos y México. La situación abrió las primeras grietas dentro de las filas republicanas, con el llamamiento del senador Lindsey Graham, para reabrir temporalmente la administración.
El lunes, Donald Trump rechazaba de plano esa posibilidad. En declaraciones a las puertas de una Casa Blanca cubierta de nieve y poco antes de iniciar un viaje a Luisiana, afirmó no compartir la propuesta de Graham de reabrir el gobierno durante tres semanas para negociar con los demócratas.
En el plan del senador por Carolina del Sur, si esa opción fracasaba, el presidente podría entonces declarar la emergencia nacional con la que ha amenazado en tantas ocasiones y cercar al Congreso para obtener los fondos necesarios para su muro.
“Antes de que deseche la opción legislativa (de la emergencia), le instaría a que abra el gobierno por un corto período de tiempo, unas tres semanas, antes de descartar esa opción, para ver si podemos alcanzar un acuerdo”, manifestó Graham.
