ADN Digital
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Cuando imprimía más de 60 mil ejemplares, la tirada figuraba en la tapa del diario ABC, todos los días. Era entonces impensable poder alcanzarle. Pero las cosas fueron cambiando y sus mentiras recurrentes, sumadas al desinterés de rectificar rumbos, hicieron que la opinión pública deje de creer en la “verdad” del matutino. Hoy apenas imprime unos 20 mil y vende solamente entre 12 y 14 mil ejemplares.
ASUNCIÓN.- Desde su fundación y gracias a una gran estrategia de marketing, ABC fue, durante décadas, el de mayor tiraje y mayor venta en todo el país. Por eso su dueño, Aldo Zuccolillo, ha presumido siempre de ser el “dueño de la verdad” porque bastaba que ABC dijera algo para que gran parte de la ciudadanía lo creyera.
En realidad, siempre fue un diario manipulado por los intereses personales –cada vez más ambiciosos- del patrón. Todas las investigaciones que realizó su equipo especial, con gente capacitada para meterse en los mayores recovecos, siempre respondieron a un posible negocio o uno que no le hubiera salido a Zuccolillo, porque para él, quien se jacta del periodismo independiente que hace su periódico, nunca hubo otro interés más que el suyo propio. Ni el país, ni la gente, ni el bienestar ciudadano, ni la Constitución, figuraron jamás en su agenda, más que como una vía para llegar a lo que quería, marcarle la agenda al gobierno.
Como en nuestro país no hay un código de ética de los dueños de medios, ni de los periodistas, lo único que puede hacer la diferencia es la preferencia de la ciudadanía, que ha madurado tanto en los últimos años que en este momento ya no resulta tan fácil engañarla.
Para aumentar el declive de Zucco y su diario, surgieron medios de comunicación que nada debían al patrón de ABC, por lo que podían actuar con independencia de criterio y sin seguir el guión previamente establecido por él. Eso hizo que la ciudadanía pudiera ver otra realidad, alejada de la visión que durante años le impuso el matutino.
Por todo esto es que las ventas de ABC bajaron de manera tan catastrófica. De los 60 mil ejemplares que presumía en tapa, ahora solo imprime 20 mil (por supuesto, esto ya no sale en primera plana). De éstos, apenas vende entre 12 y 14 mil ejemplares y si no baja su impresión es para justificar alto precio de su publicidad. Lo que sí bajó fue la cantidad de páginas.
En este momento, su penetración es igual a la de ADN, lo que resulta una verdadera pesadilla para Acero, quien ya prohibió a los distribuidores que “toquen siquiera” nuestro diario, el cual crece mientras el suyo decrece.
Aunque pretenda culpar a nuestro diario sobre su “venida a menos” lo cierto es que ABC está pagando el precio de una forma de ejercer el periodismo baja y deshonesta, mintiendo, alterando los hechos y manipulado la Constitución y las leyes, con tal de salirse con la suya. Al final, esto es lo que le está cobrando un alto precio a “Acero” y su equipo.
