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Los 4 liberales que militan en el efrainismo y que huyeron de la Justicia paraguaya con el apoyo del oficialismo del PLRA, volvieron ayer al país y recibieron prisión domiciliaria por orden del juez Gustavo Amarilla. Dirigentes que responden al presidente del partido los recibieron como si fueran héroes a pesar de no ser más que simples prófugos, imputados por un delito penal.
ASUNCIÓN.- Osvaldo Sánchez, Brian Esteban Martínez, Rubén Galeano y Osvaldo Aquino son afiliados liberales, militantes del movimiento de Efraín Alegre, quienes, con permiso del mismo, utilizaron el local del PLRA para fabricar bombas caseras que luego hicieron explotar en el edificio del Congreso.
Cuando las papas empezaron a quemar y notaron que la investigación iba en serio gracias a las numerosas pruebas que los involucraba en el ataque a uno de los símbolos de la democracia, que es el Legislativo, Alegre y su entorno decidieron hacer que los muchachos se fuguen, consiguiéndoles asilo político en Uruguay y convirtiéndolos en prófugos de la Justicia paraguaya.
Los 4 están imputados por la Fiscalía y aducen que toda la investigación está amañada, aunque las pruebas en su contra son contundentes. Ayer volvieron en medio de una gran parafernalia, y fueron recibidos como héroes por un sector del PLRA cuando que, en realidad, no son más que posibles delincuentes, imputados y prófugos.
Ni bien los recibió en audiencia, el juez Amarilla ordenó su prisión domiciliaria hasta tanto se aclare el caso, concediendo lo que pidió la abogada Liliana Boccia, defensora de los jóvenes.
Desde el inicio de las investigaciones sobre lo que ocurrió el pasado 31 de marzo, los liberales pretendieron convencer a la ciudadanía de que el caso estaba amañado y que los verdaderos responsables, tanto de la quema del Congreso como de la muerte de Rodrigo Quintana en el local del PLRA eran los representantes del gobierno y sus aliados en el tema de la enmienda.
Lo cierto es que la quema del Congreso no fue ni accidental ni espontánea. Estos muchachos fabricaron las bombas caseras y las llevaron a la manifestación de esa tarde/noche, con la clara intención de hacer uso de ellas. Aquí no solo hubo acción, sino premeditación y alevosía, algo que no podrán negar durante el proceso.
