ASUNCIÓN.- Tras un mes de la manifestación campesina en la capital del país, la protesta se va desinflando, teniendo en cuenta que están política y socialmente muy aislados y en estas condiciones no seguirían, salvo que persigan caos y confrontación.
Los campesinos, desde que iniciaron su medida de fuerza, exigiendo la condonación de las deudas de unas 17.000 familias, que alcanzan alrededor de los US$ 3.200 millones, ya tienen hasta el hartazgo a los habitantes de la capital del país, con sus piquetes y agresiones a los automovilistas y transeúntes. Lo peor del caso es que no quieren presentar lista de los supuestos afectados y según los datos la mayoría de ellos no tienen nada que ver con la producción, son deudas con usureros, y compras de motos, celulares, televisores, heladeras y otros.
Los apoyos políticos también se están diluyendo, tras las explicaciones del gobierno sobre la situación real que les mueve a los labriegos y la imposibilidad de pagar, por la falta de recursos. Además el gobierno se debería obligado a restringir los programas sociales como ser el pago a las personas de la Tercera Edad, el Proyecto Tekoporã, como así también la construcción de las viviendas sociales.
Sin embargo, no se descarta la posibilidad d que también persigan solo el caos y la confrontación. Porque según los datos sus principales mentores serían las autoridades del Frente Guasu, encabezado por Fernando Lugo y el Partido Liberal Radical Auténtico, cuyo líder es Efraín Alegre, quien pretende embarrar al Gobierno Nacional.