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Marcelo Fernando Pinheiro Vega, alias “Marcelo Piloto”, un peligroso miembro del Comando Vermelho de Brasil, fue trasladado desde Encarnación hasta la base de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD), donde guarda reclusión provisoriamente. Tras las diligencias pertinentes será llevado a la penitenciaría de Emboscada por medida de seguridad, según informaron los intervinientes. Otros delincuentes que integran la banda liderada por el ahora detenido están siendo buscados por los investigadores.
ASUNCIÓN.- Con su captura se desarticuló un eslabón importante en la estructura criminal internacional que operaba en territorio paraguayo, indicaron desde la secretaría antidroga. Conforme con los datos, “Marcelo Piloto” se encargaba de reenviar armas, municiones y drogas hacia el lado brasileño.
“Era un operador logístico y vivía en la clandestinidad en nuestro país. El brasileño residía en una casa para damnificados de la EBY sin ningún tipo de seguridad, como una persona común”, indicaron.
Al momento de su aprehensión, lo encontraron en compañía de tres mujeres de nacionalidad brasileña. Ellas fueron expulsadas del país. El hombre permanecerá en Emboscada hasta que la justicia del Brasil requiera su extradición.
El procedimiento que desembocó en su aprehensión se realizó el miércoles último a las 07:00 en el barrio Arroyo Porã del distrito de Cambyretá, a cuatro cuadras de la ruta 6. El operativo fue supervisado por la fiscal Fátima Villasboa. El sujeto tenía en su poder al menos tres cédulas paraguayas.
El informe de la Senad refiere que “Marcelo Piloto” fue jefe de tráfico de drogas en las comunidades Mandela I, II y III en una favela de Río de Janeiro. En el 2007, cuando fue beneficiado por el sistema judicial, fue declarado prófugo”.
Agrega que soporta 20 órdenes de arresto y acusaciones por tráfico de drogas, robo, asalto a mano armada, homicidio, asociación criminal. Luego de estar fuera de la cúpula del Comando, este año retornó a la jefatura, operando desde Encarnación, donde sentó su base de operaciones.
Desde Itapúa coordinaba sus operaciones de tráfico de drogas y además proveía de armas y municiones a sus operadores de Río de Janeiro.
