ADN Digital
Artículos relacionados
ASUNCIÓN.- El empresario José Ortiz afirmó que el tabaco es una industria formal y totalmente controlada. “Si Paraguay aplica un elevado impuesto al sector, el gran negocio es poner en práctica la informalidad. Tampoco se puede descartar que esta gente que pretende que suba el impuesto quieran desarrollar los negocios informales de fábricas clandestinas o de productos de contrabando, porque si sigue aumento el impuesto de forma violenta va a ser remplazado el negocio formal por el clandestino”, apuntó.
Indicó que esto generará el contrabando, por ende la baja recaudación fiscal y la pérdida de empleos; como así también el descontrol del producto. “Se estará fumando cigarrillos de la China, de la India o de cualquier otro fábrica clandestinas, sin ningún tipo de control, porque la gente está dispuesta a pagar solo un precio por el producto”, dijo.
Comentó que todos los ministros de Hacienda, incluso anterior al gobierno de Cartes, entendieron perfectamente esta situación y estaban elevando el impuesto en forma gradual.
Por otra parte, Ortiz explicó se contrala el cigarrillo y al fumador casi se le deja de tratar como a una persona. “Hay países donde le sacan a la calle para fumar en la intemperie, ni siquiera pueden entrar en un lugar abierto y techado, porque las organizaciones impusieron leyes súper rígidas y el resultado es que fuman cualquier cosa no controlada. Asimismo, en las discotecas, al no contar con un espacio de fumadores, hacen que las personas consuman las famosas pastillas alucinógenas, que producen daños 10 veces peores que el tabaco. Tampoco con esto estoy quiero decir que el consumo del tabaco es bueno”, sostuvo.
Manifestó que si se pone un precio exorbitante al cigarrillo, va a llegar un momento en que la marihuana va a ser más barata o la gente va a fumar el cigarrillo falsificado o el que entró de contrabando. “Ninguno de estos razonamiento tienen los proponente de la ley, ellos quieren aplicar un arancel de G. 1.500 por cajetilla, no estudian cómo funciona el comercio, solo tienen en cuenta el precio final , pero no incluyen el agricultor, los obreros de la fábrica, el transportista, los distribuidores, el fabricante de la cajetilla. El precio del cigarrillo en fábrica es inferior al arancel de G. 1.500 por cajetilla que quieren aplicar”, dijo el presidente de Tabesa.
