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HERNANDARIAS. La Universidad Católica, sede Alto Paraná, se niega a bajar el monto de sus cuotas ante la crisis por la pandemia del COVID-19 y recordó a sus alumnos que en febrero pasado, antes del inicio de la cuarentena, ya dispuso un descuento “por alguna iluminación divina”. También resaltó que está exonerando interés de cuotas atrasadas. La casa de altos estudios depende de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP).

La nota firmada por la directora general del campus Alto Paraná, Manuela Balcázar, refiere: “Entendemos sus preocupaciones como jóvenes y valoramos el espíritu de apertura y de adaptación que están demostrando. La Universidad Católica se enorgullece de ello y apela al ánimo solidario (tan característico de nuestro pueblo) de todos para que ningún estudiante -por dificultades económicas- deje sus estudios en momentos de crisis como los de hoy”.

La parte que fue cuestionada por los alumnos y padres de alumnos, señala lo siguiente: “En este contexto les informamos que la institución, en base a su misión y a su modelo de gestión solidaria, ha dispuesto, tal vez ya por alguna iluminación divina, durante el mes de febrero un descuento del 60 % en todos los aranceles, y ahora por la difícil situación de cuarentena, ha exonerado interés por cuotas atrasadas, otorga descuentos a quienes pueden pagar y posibilidades de financiación en plazos diferidos, sin recargos, de las cuotas que corresponden a estos meses”.

En otra parte se refiere a los momentos difíciles, que la situación podría afectar a la administración y pide la colaboración de todos: “Entendemos que nuestro compromiso como Universidad Católica es responder con formación de calidad a las necesidades de la sociedad paraguaya y acompañar al país a mantenerse en pie en estos momentos muy difíciles; y aunque la situación económica financiera imprevista, puede afectar a la administración, confiamos que el firme empeño la colaboración de todos sus miembros posibilitará que ninguna actividad formativa se resienta y ningún alumno quede sin su servicio educativo”.

La nota fue publicada por los alumnos en las redes sociales, disparando la indignación y críticas, principalmente por ser una institución manejada por religiosos católicos. La Católica es una de las universidades más caras del país.