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ASUNCIÓN. En virtud de las disposiciones del Decreto N° 1264/2014, de la Presidencia de la República, este domingo, 4 de octubre de 2020, a partir de la 0:00, la hora oficial paraguaya se adelanta 60 minutos. Esto se conoce popularmente como el horario de verano y deberá regir hasta el cuarto domingo del mes de marzo del año 2021.

Eso ocurrirá, claro está, si un proyecto en el Parlamento para establecer el “horario de verano” como la nueva hora oficial paraguaya no prospera. Si se hace el cambio, el país tendrá un nuevo horario y, en los meses de invierno, amanecerá más tarde.

Este hecho podría precipitar un aumento de los hechos punibles de despojo de pertenencias en la vía pública a tempranas horas, cuando decenas de miles de trabajadores se dirigen a sus puestos de trabajo en bus o madres llevan a pie a sus hijos a las escuelas.

Ya los defensores del horario de verano todo el año sostienen que el anochecer ocurrirá más tarde, facilitando el retorno al hogar de los trabajadores y hasta estimulando las reuniones después de amigos y compañeros en los bares después del horario laboral, lo que beneficiará al sector gastronómico.

Claro está, tanto ir a la escuela como reunirse libremente en bares con amigos o compañeros de trabajo estará supeditado al modo covid de vivir y a cómo se desarrolla la pandemia en los próximos meses.

El economista Amílcar Ferreira “hace campaña” para tener horario de verano todo el año y de establecer un “horario escalonado de trabajo”, figura última esta con la que trabajadores con doble empleo no están de acuerdo porque dicen tendrían que renunciar a uno de sus dos empleos.

Originalmente, el horario de verano, de octubre a marzo, se concibió como una estrategia para ahorrar el consumo de energía eléctrica.