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ASUNCIÓN. El 9 de septiembre pasado, un grupo militante del EPP secuestró al político liberal y ganadero Óscar Denis mientras estaba por llegar a su estancia “La Tranquerita”, en Yby Yaú, departamento de Concepción.

Durante las primeras semanas se notó una gran movilización de las fuerzas de inteligencia, que solicitaron ayuda al gobierno de Colombia, por lo que poco después llegaron expertos de dicho país, que aún permanecen en Paraguay. Además, la ciudadanía tanto de Concepción como de la capital se manifestaron repudiando el secuestro y exigiendo la liberación, no solamente de Denis, sino también de Edelio Morínigo y Félix Urbieta, quienes desde hace años permanecen en poder del grupo de delincuentes.

Una sola vez los secuestradores se comunicaron con la familia, planteando exigencias que fueron cumplidas por los Denis en tiempo y forma. Si bien también presentaron exigencias al gobierno, estas eran de cumplimiento imposible, por lo que el Ejecutivo ni siquiera respondió a los requerimientos.

Desde entonces no se sabe nada. Las hijas del exvicepresidente insisten a cada rato que se establezca un canal de comunicación, pero no tienen respuesta. Ni siquiera saben hasta ahora si su padre tiene acceso a sus medicinas, necesarias por su precaria salud.

En cuanto a la Fuerza de Tarea Conjunta, los organismos de seguridad y los asesores colombianos, según el ministro del Interior, Euclides Acevedo, no han dejado de trabajar con la intención de liberar a los 3 secuestrados, pero nadie sabe qué hacen. A tal punto que las hijas de Denis, después de mostrarse, al comienzo, satisfechas con el accionar oficial, últimamente ya exigen resultados.

Por si fuera poco, la noticia ha dejado de ocupar las primeras planas en los medios de comunicación, lo que hace que aumente el temor de que con Denis ocurra lo mismo que con Edelio y Urbieta, que continúan secuestrados y al parecer, la ciudadanía aprendió a vivir con esto.