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Los agentes que dejaron paralítico a un joven de 24 años van al banquillo de la Justicia mañana a las 08.00. Los uniformados le dispararon a quemarropa y quisieron incriminarle plantándole droga y un arma. Los enjuiciados son el comisario principal Jorge Ignacio Zárate Barreto y el suboficial primero Jhonnie Osvaldo Orihuela Chávez, mientras que el afectado Richard Pereira. Los acusados se exponen de 3 a 10 años de prisión.
ASUNCIÓN.- Mañana a las 8.00 se inicia el juicio oral y público por el intento de homicidio del joven Richard Pereira, que quedó paralítico hace dos años, luego de un procedimiento irregular de los policías de la Comisaría Cuarta, de barrio Obrero. Los procesados son el comisario principal Jorge Ignacio Zárate Barreto y el suboficial primero Jhonnie Osvaldo Orihuela Chávez.
Los antecedentes del caso revelan que a las 4.30 de la madrugada del 13 de agosto del 2016, Richard, a bordo de su vehículo fue perseguido por una patrullera de la Policía Nacional, sin haber cometido ningún hecho punible. Los agentes mencionados cuando lo interceptaron, lo bajaron y le dispararon. No lo mataron, pero el joven quedó paralítico.
La fiscala Pamela Pérez llevó adelante la investigación del caso y terminó acusando al suboficial, que estaba manejando la patrulla, y al comisario que estaba como acompañante.
Orihuela está acusado por los hechos punibles en calidad de autor de tentativa de homicidio doloso (pena de hasta 25 años de prisión) y lesión grave, y en calidad de coautor por los hechos de persecución de inocente (10 años de expectativa de pena) y simulación de hecho punible (hasta 3 años de cárcel).
EN EL MOMENTO DEL HECHO
La víctima comentó que se dirigía a su casa cuando una patrullera con luces apagadas lo empezó a perseguir. Luego fue interceptado en las calles 24ª Proyectada y Pa´í Pérez, en el barrio Roberto L. Pettit de Asunción.
Indicó que bajó del auto con las manos arriba y el suboficial Orihuela lo tiró al suelo, obligándole a que se ponga de rodillas, y luego le habría disparado directamente en la nuca. Ese disparo no lo mató, pero dejó paralítico al joven, que en el momento del hecho tenía 24 años.
Posteriormente, los policías para tratar de justificarse presentaron como supuestas evidencias 33 gramos de marihuana y un revólver calibre 22 que, según la víctima, intentaron hacerle agarrar para transferirle sus huellas, y dispararon sobre su puño.
