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Insiste Efraín Alegre en su campaña de descrédito hacia la Fiscalía General de la República, a la que acusa de estar instrumentada por el gobierno porque aún no imputa a los responsables del asesinato de Rodrigo Quintana. Lo que olvida mencionar este caradura es que las investigaciones no avanzan porque su abogado está chicaneando el proceso.
ASUNCIÓN.- Alegre debe estar pasando un momento muy difícil. No solamente está cada vez más lejos la posibilidad de que pueda llegar a la Presidencia de la República sino que ni siquiera el “grupete” que podía manejar en el Senado tiene ya la mayoría necesaria para seguir jorobando al gobierno.
Para colmo, terminó la cuestión de la enmienda –que era lo que le había dado protagonismo en los medios “amigos”- así que ahora debe inventar cualquier otra cosa para seguir saliendo en los diarios. Y decidió que su nueva víctima iba a ser el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón y sus agentes.
Es nomás tan obvio el pobre tipo y está tan mal asesorado, que se contradice en cada paso que da. Resulta que continúa con la historia de que el fiscal y todo el Ministerio Público son instrumentados por el gobierno para frenar investigaciones que pudieran involucrar a alguien del Ejecutivo.
Dice, por ejemplo, que el caso que investiga el asesinato de Quintana no avanza porque esa es la orden que recibió el fiscal de parte del gobierno. Claro, los medios amigos, que están siempre listos para ser funcionales al “grupete”, le dan gran espacio y lo muestran cual el salvador de la Patria y de la institucionalidad.
Pero Efraín es un bluf y lo está demostrando de nuevo. Porque resulta que mientras denuncia que la investigación no avanza olvida mencionar que la culpa la tienen él y su abogado, que desde que se inició el proceso lo están chicaneando.
No tiene ningún empacho en culpar al gobierno, por ende a Horacio Cartes, el motivo de todos sus males, de tener sometida a la Fiscalía porque no se toman resoluciones que convengan a sus intereses. Y no solo en el caso de Quintana, sino también en la querella presentada en contra suya por José Ortiz, empresario y asesor del jefe de Estado, a quien acusó de manejar a la Policía. Si esta nomás es la forma en que el presidente del PLRA hará campaña para ganar las elecciones del 2018, los colorados solo tendrán que soplar y hacer botellas.
