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Hay una ley de deforestación cero, pero solo afecta a la Región Oriental, en donde en 5 años se han deforestado unas 63 mil hectáreas, mientras que la Occidental o Chaco está desprotegida y su situación es caótica, porque en los mismos 5 años se han deforestado más de 300 mil hectáreas. En el Senado se analiza la posibilidad de extender la ley y sus consecuencias a todo el territorio nacional.
ASUNCIÓN.- Aunque no haya resultados demasiado positivos con la Ley de Deforestación por falta de recursos de la Secretaría del Ambiente (SEAM) para aplicarla a quienes siguen talando árboles y vaciando nuestros bosques en la Región Oriental, en alguna medida se ha paliado el desastre y las mafias del rollotráfico se cuidan más ante las penas establecidas en la normativa.
Esto no ocurre en la inmensa Región Occidental, que es tierra de nadie y está a merced de los depredadores de nuestros recursos naturales, quienes aviesamente deforestan los bosques sin temer alguna consecuencia porque no hay ninguna ley que les prohíba dedicarse a tan vil actividad.
Hace dos días, el gobierno dio a conocer, por primera vez en la historia del país, cifras oficiales sobre la deforestación en el país, según un informe realizado por el Programa Nacional Conjunto ONU REDD + Paraguay.
De acuerdo a este informe, la deforestación ha alcanzado una tasa promedio por año de 366.180,47 hectáreas. Según este mismo informe, la Región Oriental, en el periodo del 2000 al 2015, ha sufrido una tasa de deforestación por cambio de uso de 63.383,36 hectáreas, mientras que en la Región Occidental fueron deforestadas 302.797,10 hectáreas, casi 5 veces más, y esto posiblemente se deba, no solo a la extensión del Chaco, sino a lo que mencionamos más arriba, la falta absoluta de control y castigo para quienes depredan los bosques nacionales.
Según el liberal Luis Alberto Wagner, hay un grupo de senadores consciente de la necesidad de dotar de un instrumento legal que proteja el territorio chaqueño de la incursión de la mafia del rollotráfico, por lo que se está analizando la posibilidad de modificar la Ley 2.524/2004, de Deforestación Cero en la Región Oriental, ampliando su alcance a la Occidental.
De acuerdo a lo expresado por el senador, es muy probable que estas modificaciones puedan ser tratadas y sancionadas antes del receso parlamentario de diciembre próximo.
A LA GUERRA SIN FUSILES
Permanentemente se escuchan críticas a la actuación de la Secretaría del Ambiente (SEAM), pero en la mayoría de los casos, lo que ocurre es que la institución se ve absolutamente sobrepasada ante su precaria situación en el Presupuesto General de la Nación.
En todo el país, la SEAM cuenta solamente con 25 fiscalizadores, que son los que tienen a su cargo absolutamente todo el control de las violaciones a las leyes de protección del ambiente. Estos funcionarios deben estar pendientes no solamente de los focos de deforestación que se producen en gran parte del territorio nacional sino también de las violaciones al control ambiental por parte de todas las industrias del país.
Tal como están las cosas, es imposible que se pueda aumentar el número de fiscalizadores dependientes de la SEAM puesto que la institución cuenta con un presupuesto anual de apenas 8 millones de dólares para cubrir y controlar las violaciones ambientales en todo el territorio nacional, de 406 km2.
Si queremos que la institución ambientalista del Estado empiece a dar resultados positivos, es fundamental que se le dote de mayor presupuesto y posibilidad de contratar a más funcionarios. De lo contrario, seguiremos lamentando la falta de resultados positivos.
