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Ya está listo el llamado a licitación para la construcción del Brazo Aña Cuá de la Entidad Binacional Yacyretá, y de acuerdo a datos ciertos, participarán varias empresas nacionales, que consideran un avance positivo lo logrado por el gobierno. En carpas del “grupete” cunde la desesperación ante la cada vez más evidente realidad de que no podrán meter las narices en el tema.
ASUNCIÓN.– Gremios del sector privado han sentado postura a favor de la maquinización de Aña Cuá, asegurando que su concreción solamente traerá beneficios al país, incluidos más puestos de trabajo y mayor capacidad de la energía eléctrica.
Pero a disidentes y opositores que siguen pavoneándose en las cámaras del Congreso les tiene muy sin cuidado lo que piensan quienes no coinciden con su manera cuadrada, egoísta y cortoplacista de ver la realidad nacional. Menos mal que en el Anexo C se establece que para la realización de nuevas obras en la hidroeléctrica bastará con la aprobación del Consejo de Administración de la EBY, con lo cual se sacó al Congreso la posibilidad de intervenir.
Teniendo en cuenta lo que es el actual Parlamento, especialmente el Senado, en donde el “grupete” de disidentes y opositores se han desgañitado durante estos 4 años para perjudicar al gobierno y entorpecer cualquier posible obra que pudiera beneficiar al país, esta disposición es especialmente beneficiosa, ya que no hay la menor duda de que si la maquinización hubiera dependido de la aprobación de los legisladores, podrían pasar años antes de que pudiera concretarse.
En cualquier otra situación, uno podría preocuparse porque la falta de intervención del Legislativo en cuestiones que comprometen al país podría implicar alguna aviesa intención de cometer hechos de corrupción de manera descontrolada. Sin embargo, ante la realidad de que este Congreso es uno de los peores desde el golpe de Estado de hace 28 años, puesto que lo único que hizo fue boicotear al gobierno, es un alivio saber que gente inescrupulosa y retorcida no podrá perjudicar este proceso, no porque no quiera hacerlo sino porque, gracias a Dios, no puede.
En lo que sí el Congreso tendrá injerencia es en el tratamiento de las notas reversales firmadas por los cancilleres de Argentina y Paraguay, que se refieren a la modificación del Anexo C del Tratado, fija un nuevo valor para la cesión de energía y la fórmula para la determinación del territorio inundado. Sin embargo, hay versiones de que el tema sería enviado por el gobierno al Legislativo recién el año próximo, ante la evidencia de que en este período el “grupete” intentará por todos los medios rechazarlas.
