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ASUNCIÓN. Aunque ella se desgañita pidiendo perdón a la ciudadanía y a sus colegas, lo cierto es que será muy difícil que la senadora liberal María Eugenia Bajac pueda recuperar el terreno perdido y seguir instalada en la cámara, en donde sus grandes intervenciones fueron solamente cuando consiguió convertir al Senado en “provida” y cada vez que quiere que sus colegas se pongan de pie y oren.

Ayer, en su cuenta de Twitter, el presidente del Senado y correligionario de Bajac, informó que le exigiría que renuncie a su banca; caso contrario, él mismo impulsará su pérdida de investidura.

Poco después, el senador Stephan Rasmussen publicaba la postura de la bancada de Patria Querida, diciendo que esperaba que la liberal presentara rápidamente su renuncia; si no lo hace, el bloque iniciará el proceso de pérdida de investidura.

Todo parece indicar que la situación de la “pastora” no tiene marcha atrás. Y no es para menos, lo que sus colegas no pueden perdonarle es que, habiendo dado positivo al Covid-19, asistió a una sesión de la cámara y puso en riesgo a todos los senadores allí presentes.

Tanto Bajac como la diputada Del Pilar Medina están imputadas por haber viajado a Perú en tiempo ya de restricciones, y no haber respetado la cuarentena, aunque ellas aseguran que sí.