El presidente Jair Bolsonaro, en oración durante una acto religioso.
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Bolsonaro, en pie de guerra con el mundo de la cultura y la educación

Como parte de su embestida contra lo que llama “marxismo cultural” y “adoctrinamiento ideológico” de izquierda en las universidades, el presidente brasileño Jair Bolsonaro  anunció en los últimos días una serie de medidas que lo pusieron en pie de guerra con el mundo cultural y académico en el país.

BRASIL.- “No comprenden la importancia del conocimiento, de la cultura y del arte para el desarrollo del país. La extrema derecha no convive bien con la libertad de expresión”, advirtió el sociólogo Juca Ferreira, ex ministro de Cultura durante la gestión de Dilma Rousseff y actual secretario municipal de Cultura de Belo Horizonte, en una entrevista al diario argentino La Nación.

“Están tratando de someter nuestras universidades. Intentan destruir todos los avances de la cultura brasileña y lo que fue construido como relación del Estado democrático con el conocimiento, el arte y la cultura en los últimos años”, agregó.

La primera ofensiva concreta ocurrió con la modificación de las normas de la legislación federal de incentivo a la cultura -familiarmente conocida como ley Rouanet-, que permitía a las empresas realizar grandes inversiones en proyectos artísticos (espectáculos, exposiciones, películas) a cambio de que pudiesen deducir un porcentaje de esos fondos de su impuesto a la renta. El ministro de Ciudadanía, Osmar Terra -cuya cartera asumió el extinto Ministerio de Cultura ahora devenido Secretaría-, derribó el techo de 60 millones de reales (15 millones de dólares) de incentivos que había por cada proyecto para un millón de reales (254.000 dólares), con el objetivo “multiideológico” de fomentar iniciativas de menor costo.

Ya durante la campaña electoral, Bolsonaro había calificado la ley Rouanet de “desgracia” que había servido para que los anteriores gobiernos del Partido de los Trabajadores (el PT, de Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma) captaran a la clase artística y difundieran las ideas socialistas.

“Entre los electores de Bolsonaro se creó una gran bola de nieve de mentiras sobre la ley Rouanet para criminalizar el pensamiento artístico crítico y a los propios artistas. Ahora vemos que van adelante con una suerte de militarismo antiintelectual que busca exaltar la incultura y las burradas para manipular al público y sustentar el oscuro proyecto ideológico de esta administración”, apuntó la productora cultural Inti Queiroz, investigadora de la Universidad de San Pablo.

Luego, el martes pasado, Bolsonaro usó las redes sociales para informar que pensaba eliminar los estudios de Filosofía y Sociología de las universidades públicas. “El objetivo es concentrarnos en áreas que generen retorno inmediato al contribuyente, como veterinaria, ingeniería y medicina”, escribió en su cuenta de Twitter.

En paralelo, el nuevo ministro de Educación, Abraham Weintraub, anunció primero que castigaría con recortes en la transferencia de fondos públicos a tres universidades federales -la Universidad de Brasilia, la Universidad Federal de Bahía y la Universidad Federal Fluminense- por haber autorizado en sus campus actos críticos al gobierno.

“Universidades que en vez de buscar mejorar el desempeño académico estén generando alboroto, tendrán sus fondos reducidos”, afirmó. Las declaraciones del ministro generaron un fuerte malestar tanto de profesores como de estudiantes. Al día siguiente Weintraub alteró su postura, pero anunció una medida más draconiana: todas las universidades tendrían su presupuesto reducido en un 30%.

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