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La Fuerza Aérea Brasileña (FAB) inició el operativo denominado “Ostium”, que tiene como objetivo combatir el tráfico de drogas y armas, además del contrabando que se realiza especialmente vía aérea. Será por 6 meses a un año. El procedimiento se realiza en la frontera con el Paraguay y parte de Bolivia. En esta zona fronteriza se montó una base aérea móvil a 140 kilómetros del Puente de la Amistad, y se está movilizando aeronaves de guerra con gran poder de fuego. Advirtieron que cualquier avión que ingrese al espacio aéreo brasileño sin autorización será derribado.
CIUDAD DEL ESTE.- La semana pasada aviones de gran porte de la FAB bajaron en el aeropuerto de la ciudad de Cascavel, a unos 140 kilómetros del Puente de la Amistad. Allí, rápidamente fue montada lo que ellos denominan base aérea móvil. Que se utiliza en situación de guerra.
La operación de guerra fue bautizada de “Ostium” y deberá durar de 6 meses a un año, de acuerdo con los pocos datos divulgados por el Ministerio de Defensa del Brasil. La misma hace parte del Programa de Protección Integrada de la Frontera (PPIF), que fue implementado por el actual gobierno brasileño encabezado por Michel Temer.
Como siempre, el argumento es el combate a actividades ilegales en la frontera. El actual mandatario había prometido realizar un control más riguroso en la zona fronteriza y que se movilizaría a las FF.AA.
La FAB divulgó una información donde da detalles de las aeronaves que van a estar siendo movilizadas durante el operativo. Son aviones y helicópteros de combate y transporte, además de reconocimiento, y vigilancia.
Son cazas Súper Tucanos y los jatos de combate y reconocimiento RA-1. Los primeros serán usados para patrullar la frontera y de ser necesario interceptar y derribar a naves que ingresan al espacio aéreo brasileño sin autorización.
Igualmente, están siendo movilizados los helicópteros AH-2 que son usados para combate en acciones rápidas y en apoyo a tropas en suelo. Tienen un gran poder de fuego, y de acuerdo con los datos van a ser usados para controlar la zona del Lago de Itaipú, donde pululan los puertos clandestinos.
Toda la frontera será monitoreada por los aviones Radares E-99, que ni siquiera serán vistos. Igualmente, se utilizan aeronaves de reconocimiento del tipo R-35A, siempre de acuerdo a los datos de la FAB.
Para una vigilancia más específica, utilizando sensores de calor, y visión nocturna serán acciones los Vehículos Aéreos No Tripulados (VANTs) o Aeronaves Remotamente Pilotados que pueden igualmente ser usados para ataques con misiles.
