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ASUNCIÓN.- El senador liberal Salyn Buzarquis denunció los malos manejos del Consejo de la Magistratura, que lo inhabilitó como candidato al Tribunal Superior de Justicia Electoral, y dijo que la mayoría del colegiado es una gavilla de delincuentes. Identificó especialmente al ministro de la Corte, Eugenio Giménez, a quien calificó de mentiroso, lo que hizo que el colorado Silvio Ovelar manifieste su molestia por las expresiones vertidas por su colega.
Buzarquis expuso que, hasta el 18 de abril, los concejeros estaban conformes con que varios aspirantes al TSJE se rigieran por la Ley de Educación anterior, ya que la legislación no tiene carácter retroactivo. Sin embargo, menos de un mes después, decidieron inhabilitar su candidatura y de otros 10 postulantes, entre ellos su colega Hermelinda Alvarenga, por faltarles un sello al título.
Identificó especialmente “al jurisconsulto Eugenio Giménez, que se hace del impoluto, jurista, magistrado, consejero (…) Mentiroso Eugenio Giménez, de jurista no tenés nada, y no tengo miedo por más que seas ministro de la Corte. Menos de un mes después cambiaron y exigen la legalización de los títulos”.
“Tienen instalada una maquinaria fraudulenta en el Consejo de la Magistratura. Hoy hay muchos fiscales, jueces, magistrados que tienen miedo para hablar porque están siendo amenazados en los concursos. Los concursos son una verdadera trampa, premian al memorista, no a la razón. Hay privilegiados que ya tienen todos los temas de exámenes. Dejen de mentirle a la gente. Puedo probar lo que digo. Estoy pensando en empezar a conversar para promover el juicio político en contra de estos supuestos magistrados que juraron defender a la Constitución y las leyes; una cuestión burocrática subsanable no puede estar por encima de la ley y la Constitución. Están chantajeando a la gente”, concluyó.
Esto hizo reaccionar a Ovelar, quien dijo rechazar la forma de referirse Buzarquis al ministro Giménez, lo que consideró una falta de respeto a un integrante de la Corte Suprema de Justicia, pero el liberal se ratificó y dijo que al sinvergüenza hay que llamarle sinvergüenza.
