CORDILLERA. La misa central del Novenario de Caacupé fue celebrada por el obispo Ricardo Valenzuela y la homilía estuvo a cargo del presbítero Miguel Fritz, quien puso especial hincapié a la situación de las comunidades indígenas y sus problemas de tierras, exigiendo a las autoridades que dediquen especial atención a la situación.
El religioso dijo que “hay que ocuparse de los hermanos indígenas que acá están y han venido para darnos la oportunidad de ocuparnos de ustedes, de preocuparnos”.
“Otra preocupación que surge de las propias comunidades, es el arrendamiento de tierra a gente de afuera. Hay líderes que ya no sirven a sus comunidades, sino a sí mismos y existe falta de unidad dentro de algunas comunidades. Son males que ustedes mismos deben arrancar; y lo pueden conseguir” comentó.
Fritz dijo que “demasiado insaciable es el hambre de conseguir o al menos aprovechar esas tierras. Hay incluso gobernantes que no comprenden que la tierra no es solamente un medio para producir, sino que muchos indígenas la sienten como una madre: el suelo de la “Casa Común”, a cuyo cuidado nos urge nuestro Papa Francisco”.
El presbítero celebró que en el país se haya logrado el cumplimento de la Constitución Nacional y de las leyes en favor de los indígenas. “Anima mucho constatar que vale la pena la incansable lucha de lideresas y líderes indígenas, codo a codo con sus aliados y entre ellos los agentes pastorales comprometidos con la Pastoral Indígena. ¡Felicitamos sinceramente a todos que han aportado su grano de arena a estos logros!”, indicó.
“Es increíble que año tras año tenemos que repetir el flagelo de los desalojos injustos y violentos ¡La tierra indígena no se toca! Los que invaden tierra indígena, están en pecado; los que desalojan injusta y violentamente a territorio indígena, están en pecado”, concluyó.