ASUNCIÓN. Durante el gobierno del expresidente, Fernando Lugo, hoy senador por el Frente Guasu, surgieron varios campesinos belicosos, quienes decidieron reclamar supuestos derechos a la tierra que tenían empuñando las armas. Esto fue lo que pasó en la invasión de Marina Cué, que es propiedad de Campos Morombi, en el distrito de Curuguaty.
Antes de este caso, en el departamento de Canindeyú, una situación similar se presentó en el distrito de Ñacunday (Alto Paraná), donde los carperos o autodenominados sintierras ocuparon una amplia franja de propiedad productiva y formaron el asentamiento “18 de Octubre”.
Los líderes de la ocupación fueron: Victoriano López, Federico Ayala y Rosalino Casco, quienes tenían un grupo de labriegos armados y que imponían su propia ley. Cuando una persona quería ingresar al asentamiento de los mismos debía pasar por el control que hacían los campesinos armados.
Los mencionados dirigentes tenían el respaldo político del entonces gobernador de San Pedro, José “Pakova” Ledezma, actual diputado y Sixto Pereira, senador. Ambos aliados políticos del entonces presidente Fernando Lugo.
Tanto en Ñacunday como en Marina Cue había campesinos belicosos que sabían que podían usar las armas y que la Policía prácticamente tenía prohibido actuar contra ellos.
En esa zona también estuvo el entonces subcomisario, Erven Lovera, quien era un personal policial de confianza del expresidente Fernando Lugo. Posteriormente Lovera asumió como jefe del Grupo Especial de Operaciones (GEO) del Alto Paraná, y estuvo en Marina Cué, donde cayó abatido aquel 15 de junio.