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La ministra de la Corte Suprema de Justicia Carolina Llanes desmintió las acusaciones formuladas en su contra planteadas ayer en Diputados, que la señalan por tráfico de influencias debido a que su hijo es abogado que trabaja como tal en el Palacio de Justicia.
Los diputados aprobaron una resolución en la que piden la renuncia de los ministros Antonio Fretes y Llanes por hechos de corrupción.
Al respecto, en la 730 AM, la ministra negó ser corrupta y afirmó que no renunciará a su cargo en la Corte.
“Mi hijo trabaja como profesional desde el 2014. Ni siquiera estaba en la Corte. Como cualquier profesional, decide litigar en determinados casos. Eso no tiene ninguna relación con el trabajo que realizo”, aseguró.
Explicó que “existe todo un sistema de separación, excusación y recusación si algunas de sus tramitaciones llegasen a mi ámbito. En esta guerra política se buscan equivalencias que no corresponden a la realidad, situaciones que se buscan equivaler para destruir a los adversarios. No he ingresado al sistema de justicia para insertarme a los esquemas de corrupción. Todo lo contrario. Nosotros estamos peleando para desmantelar todo esto”.
“Ni yo ni mi hijo tenemos intención de venir a formar roscas o esquemas para lucrar con el poder. Eso están dibujando y la diferencia es muy grande. Desde el momento en que aparece el nombre de mi hijo o de alguien de su estudio jurídico, aparece la inhibición automática. Yo no me interiorizo de los casos. Yo no estoy llamando a jueces ni ministros para apoyar a casos de mi hijo”, añadió.
Denunció que quienes la denunciaron (la diputada liberal Celeste Amarilla) “buscan equipararnos a situaciones que sí están arraigadas dentro del Poder Judicial. Están preocupados de no tener más esas oportunidades para seguir usando”.
“Dentro de esta guerra política, hay una guerra jurídica y obviamente hay montajes que se hacen como promoción de denuncias innominadas de hechos de lavado para sacar de la competencia a eventuales adversarios empresariales. Se crea la tormenta perfecta para decir que el hijo interviene en hechos de tal o cual categoría y la madre está ahí. Para que haya tráfico de influencias, tiene que haber un acto concreto de interferencia. Acá no hay ni siquiera eso. Yo no me manejo así. Si alguien va a invocar ese tipo de cosas, eso no va a tener ningún efecto”, manifestó.
Aseguró que “yo no llamo a magistrados, ni jueces, ni fiscales, ni a los ministros para favorecer a mi hijo. (…) No voy a renunciar. No he cometido ninguna irregularidad. No lo he hecho y no lo voy a hacer”.
