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El Paraguay tiene la segunda tasa de desempleo más baja de la región y aún más baja comparativamente a gobiernos recientes. Desde el año pasado, se situó en 5.4%, en tanto el último trimestre de 2016 la tasa de subempleo continuaba su tendencia decreciente, evidencia de mejoras en cuanto a la reducción de la informalidad y creación de empleos de mejor calidad. Nicanor Duarte Frutos entregó el poder con un desempleo del 8% y su sucesor, Fernando Lugo bajó un punto, quedando en 7%, pese al buen momento de la economía. El crecimiento económico tiende a oscilar entre 3.5% y 4% del PIB anualmente, siendo uno de los factores importantes para la creación de más empleo.
ASUNCIÓN.- La administración Cartes cerrará su cuarto año de gobierno con un nivel de desempleo mucho más bajo que sus antecesores y mantiene dígitos más bajos de la Región. La Encuesta Continua de Hogares (ECH) informó hace un poco más de una semana que a julio de 2017 el desempleo superó en 4 decimales el nivel que mantenía desde 2015. De 5,4% Paraguay tiene la segunda tasa de desempleo más baja de la región.
Al finales de 2016, la tasa de subempleo marcó tendencia decreciente, cayendo en 1,7% respecto al mismo periodo de 2015. “Esto evidencia mejoras significativas en cuanto a la reducción de la informalidad y creación de empleos de mejor calidad”, destaca el Observatorio Laboral del Ministerio del Trabajo.
Este comportamiento del mercado laboral se constata por el incremento sostenido de aportantes a un sistema de jubilación, lo cual representa a una proporción de 36,8% personas del total de ocupados, cifra superior a lo registrado en el tercer trimestre de 2015 (35,5%).
El agresivo plan de la administración Cartes de captar capital extranjero se reflejó en el rápido aumento de empleos abiertos y genuinos. El Observatorio Laboral del Ministerio del Trabajo informó que “el año pasado se situó en 5.4%, con diferenciales mayores en la población de mujeres rurales jóvenes. De manera que, sin subestimar el problema del desempleo abierto, a Paraguay le preocupa también, y en la misma medida, el subempleo, la informalidad laboral”.
La administración de Nicanor Duarte Frutos fracasó en su política de empleo y entregó el poder con un nivel de 8,7% de desempleo; que comparando con representa un 11% a nivel regional. Hasta la llegada de Duarte Frutos la desocupación formal se estimaba 7% y el subempleo 24%.
El caso de Fernando Lugo no fue muy diferente, en el breve tiempo que ejerció la presidencia logró reducir solo un punto porcentual entregando el poder a Federico Franco con una desocupación del 7%, y un elevado nivel de pobreza y pobreza extrema.
Estas cifras revelaron determinaciones erradas en las políticas de empleo pese al momento propicio para la economía. El ingreso promedio de los pobres rurales no alcanza a cubrir el 45,2% del costo de la canasta básica de consumo recomendada. La brecha de pobreza en el ámbito nacional se mantuvo en alrededor del 40% en el periodo 2006-2010, según la DGEEC.
FORMALIZACIÓN
La gestión de Guillermo Sosa, ministro del Trabajo apuntó no solo a la creación de más empleo, sino a la formalización que aporta para sacar al ciudadano del subempleo. “Creemos que la formalización tiene, en el caso de una economía emergente, más ventajas, porque se propone la tarea de formalizar la economía en su conjunto. Es decir, formalizar la economía trae como consecuencia formalizar el empleo; lo opuesto no es necesariamente cierto, y políticas aceptadas activas de empleo pueden no funcionar si no hay empresas formalizadas en condiciones de aplicarlas”, dijo el alto funcionario de gobierno.
