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WASHINGTON.- El cierre del gobierno norteamericano cumplió dos semanas con unos efectos devastadores para muchas familias de funcionarios que no pueden afrontar ya el pago de hipotecas y alquileres. A las penurias de esos 800.000 empleados públicos, se añaden colas y atrasos en los aeropuertos, cancelaciones de bodas y otras ceremonias civiles y al menos tres accidentes mortales en parques nacionales que no cuentan con personal de mantenimiento.
Los empleados estatales cobran cada dos semanas. El sábado vencía el primer plazo de pago de nóminas bajo el cierre que ha forzado el presidente Donald Trump, por la negativa del Capitolio a financiar el muro con México. Colleen Kaur, de 42 años, trabaja para el gobierno federal en Washington, igual que su marido. “Una de las cosas más humillantes que he tenido que hacer en mi vida es llamar al casero y al banco para aplazar los pagos del coche, la hipoteca y el crédito de los estudios universitarios”, asegura. Su familia pasó de ser clase media a carecer de ingresos.
Claire O’Rourke, de 33 años, mantiene sus planes de celebrar su boda el sábado que viene, pero será algo simbólico. La corte de Washington, que expide licencias de matrimonio, está cerrada desde el 22 de diciembre y por lo tanto no se pueden certificar bodas en la capital, con los efectos que ello tiene para trámites migratorios. “Es muy frustrante”, señala. “Seguiremos adelante con la boda, pero me gustaría que el papeleo quedara ya resuelto”, agregó.
